El Gobierno anunció ayer que el próximo miércoles se reunirá el Consejo del Salario para definir el nuevo monto del salario mínimo, que actualmente se ubica en 10 mil pesos. El encuentro se venía postergando hace semanas, pese a la aceleración de la inflación y el impacto de la devaluación en la capacidad de compra de los asalariados. El año pasado la reunión había sido en junio. La expectativa es que se firme una suba de 25 por ciento.
“La inflación fue de casi el 32 por ciento en el último año. Si se fija al 25 por ciento la suba es claramente insuficiente. Y si encima es con aumentos con escalas la situación es pero. No permite recomponer de ninguna forma la capacidad de compra”, aseguró a PáginaI12 Héctor Recalde, ex diputado del Frente para la Victoria. “La consecuencia de estas medidas contra el mercado interno son mayor desocupación, mayor pobreza, recorte en las fábricas y un deterioro notable del consumo y las condiciones de vida. La crisis se intensifica y los que más se perjudican son los trabajadores”, agregó.
Recalde aseguró que las propuestas de recortar los salarios en términos reales son parte del ADN del Gobierno. “El Gobierno viola permanentemente la institucionalidad con sus decretos y siempre en contra de los más vulnerables. El lunes vamos a presentar una demanda para declarar la inconstitucionalidad de los cambios sobre las asignaciones familiares”, mencionó.
El año pasado el Consejo se reunió al cierre del primer semestre y terminó subiendo el salario mínimo de 8060 pesos a 9500 pesos a partir de enero de este año y 10.000 pesos a partir de julio. Se trato de un incremento del 24 por ciento en el último año, contra una inflación que ascienda a casi 30 por ciento. La suba en el primer semestre de este año fue del 5 por ciento, en tanto que la inflación fue del 16 por ciento. Esto muestra la fuerte caída de los ingresos en términos reales.
Recalde planteó que “la pérdida real del salario mínimo deja en claro que no se está respetando la ley 20.744. El artículo 116 dice que el salario mínimo, vital y móvil tiene que ser la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión”.
La pérdida del salario real se acompañó también con caída del salario en dólares. Los 10.000 pesos a un tipo de cambio cercano a los 28,50 pesos se ubican en torno de 350 dólares mensuales, cuando en el promedio de los últimos años la cifra se había ubicado por arriba de los 500 dólares. “El programa económico es colocar los salarios parecidos a los de la región, lo que tiene fuerte impacto en el bienestar de la población y la capacidad de consumo de los hogares”, indicó Recalde.
En el equipo económico ven el ingreso de los trabajadores como un costo en lugar de pensarlo como un motor para dar dinamismo al mercado interno y la inversión. Pero el resultado de la caída de los salarios reales no derivó en más exportaciones ni producción sino un fuerte desplome de la actividad económica y particularmente industrial.