El dolor y la bronca por la muerte de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, tras la explosión de una garrafa en una escuela pública de Moreno no consiguieron empañar la jocosa puesta en escena oficial. Durante un acto en Quilmes por la entrega de créditos de la Anses a jubilados, el presidente Mauricio Macri no sólo no mencionó el hecho ni a las víctimas, sino que resaltó que los préstamos servirán “para arreglar esa habitación en la que tenemos un problemita o un escape de gas, como le pasó a la vecina”.

Macri y la gobernadora María Eugenia Vidal se deshicieron en sonrisas y abrazos con jubilados durante su entrada musicalizada –con la canción que dice “Pude ser tu fiel chofer”, de Carlos Vives– al club de barrio donde se realizó el anuncio oficial. 

En el centro de una ronda en la que, además de vecinos, se encontraban el titular de la Anses, Emilio Basavilbaso, y el intendente de Quilmes, Martiniano Molina, el Presidente habló en tono efusivo. Sus palabras y ademanes, y los gestos simpáticos que intercambió con la mandataria bonaerense ocurrieron casi en simultáneo a la despedida –bajo una bandera negra con la frase “La educación pública está de luto”– de la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez que fallecieron el jueves por la desidia de un estado provincial que ignoró, durante más de dos años, los reclamos y denuncias por un escape de gas. En ese contexto, el discurso entero de Macri pudo solamente leerse en clave de mal gusto o cinismo. 

“Queremos estar cerca, queremos seguir cerca, porque para nosotros gobernar es cuidar. Gobernar es que el Estado esté ahí para dar una respuesta en la vida diaria de cada uno”, fue una de las frases pronunciadas por el mandatario. “Decidimos ponernos a hacer, ponernos a trabajar”, “tenemos que terminar con el doble discurso de decir una cosa y hacer otra” y “hay que poner los problemas sobre la mesa y ahí empezar a resolverlos”, fueron algunas más. “Queremos una sociedad donde el Estado esté al servicio de los argentinos, especialmente de los más vulnerables”, otra. En el marco de una tragedia evitable, resultado de una suma de negligencias desencadenadas por la ausencia del Estado, y sumadas a la mención del “problemita del escape de gas de la vecina”, las expresiones de Macri resultaron sorprendentes.

Por el contrario, el Presidente prefirió destacar otros temas. “En los últimos días hemos visto noticias que, si se confirman, son muy negativas en términos de consolidar confianza. Cuando ustedes escuchan de esos cuadernos y todas esas cosas, claro, cuesta creer que podemos todos juntos construir una Argentina distinta, empujando el carro de la misma manera”, soltó Macri, en referencia a la causa que involucra a empresarios y ex funcionarios del kirchnerismo. 

En ese sentido, señaló que “el cambio tiene que ver con la libertad de decir y de expresarse, por parte de los periodistas que investigaron y por parte del juez que ahora está investigando”. “No podemos dejar que nos hagan dudar, esto que está pasando es doloroso, pero estamos pudiendo sacar toda la verdad a la luz”, sostuvo el mandatario que, además, aseguró formar parte de los “millones que hemos decidido vivir la aventura maravillosa que es la vida dentro de la ley, cumpliendo con todas las reglas”. 

Uno de los empresarios detenidos es Javier Sánchez Caballero, ex gerente general de Iecsa, la firma constructora que pertenecía a Angelo Calcaterra, el primo de Macri. Iecsa, además, también está implicada en el caso de coimas de la brasileña Odebrecht, con la cual estaba asociada en la megaobra de soterramiento del Sarmiento. El Presidente no hizo referencia a esa implicancia en el caso del grupo empresarial familiar.

El acto de ayer, que duró poco más de 15 minutos, cerró con una ensayada arenga interrumpida por momentos con los aplausos de los presentes. En ella, Macri continuó su línea elusiva y enumeró las victorias legislativas de su gobierno: “Sancionamos la ley de acceso a la información pública y ahora todo está en internet, ya no hay más trámites oscuros ni carpetas que puedan desaparecer”, indicó, y continuó: “Además, hemos sancionado una ley de defensa de la competencia para que ninguna empresa abuse de su posición dominante”. “Nos falta una, que todavía no se terminan de poner de acuerdo los compañeros de la oposición con nuestras propuestas, que es la ley de extinción de dominio para poder recuperar la guita que nos afanaron”, concluyó sin un minuto de silencio, ni un lamento, ni una referencia a las muertes de Calamano y Rodríguez.