La nueva balacera contra inmuebles de funcionarios judiciales o policías que tuvieron implicancias en la causa de Los Monos vuelve a generar consternación en el Poder Judicial. Desde fines de mayo ya son al menos nueve episodios, y sin detenidos ni imputados, sólo sospechas. Tres viviendas vinculadas a jueces y dos a policías; ahora directamente el Centro de Justicia Penal donde juzgaron a la banda mencionada.

Hace sólo diez días balearon dos inmuebles que habían pertenecido a la familia de la jueza Marisol Usandizaga, integrante del tribunal que condenó a Los Monos. Una en calle Zeballos al 2500 donde vive un perito que trabaja en Tribunales, algo que despistó respecto hacia quién verdaderamente iba la intimidación.

Pero el cabo se ató con otra balacera, horas después, en un edificio de Dorrego al 1600 donde la familia Usandizaga había tenido un estudio jurídico. Incluso el edificio se llama Marisol, una sutileza de quienes planearon el ataque.

El primer episodio fue el 29 de mayo: balazos contra dos viviendas que había habitado el juez Ismael Manfrín, que presidió el tribunal que poco más de un mes antes había condenado a 19 imputados de integrar la banda Los Monos. Una de las casas la había vendido 14 años antes; de la otra ya no era inquilino.

Menos de un mes después, fue el turno para el juez Juan Carlos Vienna, que instruyó el expediente 913/12 y a quién los integrantes de Los Monos han señalado como responsable de armar la causa en su contra. En realidad los disparos fueron contra la casa que habita su ex esposa y luego la de su padre. Ambas en Tablada.

El número de ataques lo completan las viviendas de dos policías que actuaron en la etapa inicial de la pesquisa bajo órdenes del mencionado Vienna: Ariel Lotito y Luis Quevertoque. Este sábado por la madrugada hicieron fuego contra el edificio de Justicia Penal donde se condenaron a los miembros con penas altas en abril pasado y desde este 14 de agosto se harán allí las audiencias de apelación.

Si bien hay factores en común en los ataques, en cuanto a modalidad y actores involucrados, no hay detenidos y mucho menos imputados.

A esta lista se suma otro hecho más que confuso: el 25 de julio el secretario general del Sindicato de Empleados Municipales de Rosario, Antonio Ratner, denunció un ataque a balazos a la sede gremial, aunque lo adjudicó a la lucha para frenar los despidos en la Intendencia de Fray Luis Beltrán. En esa oportunidad a las 0.45, dos personas que se movilizaban en moto, dispararon un arma de fuego contra la institución sindical. Ratner precisó que “fueron cinco o seis balas que dejaron sus marcas en los vidrios del gremio” Y por último, advirtió: “Que el gremio municipal no olvide a los violentos, para que no tengamos otro diez de abril” en obvia referencia al día que una lista opositora quiso ingresar por la fuerza a una asamblea, con una fuerza de choque que parece conocida.