Talleres reformó su estatuto el 11 de junio de 2017 en una asamblea extraordinaria. Andrés Fassi impulsó cambios como el de “tener capacidad económica” para ser presidente o la posibilidad de que la comisión directiva suscriba contratos con inversores no identificados que recuperen su dinero después de seis años. Ambas propuestas fueron aprobadas. Pero no pudo imponer la figura jurídica de la sociedad anónima y el club continúa como asociación civil.
En la institución deportiva tiene las espaldas a resguardo. El vicepresidente 1º es Guillermo Carena, familiar suyo. Su próximo objetivo es la construcción de lo que llamó Mundo Talleres, la ciudad deportiva de 30 hectáreas que se levantará en el barrio Palmar, sobre la avenida Ricardo Balbín y tan vecina a la ruta 19 como cercana a una planta de líquidos cloacales. Lo curioso es que el club ya posee un predio de 24 hectáreas que cumple un cometido parecido, con instalaciones adecuadas y lleva el nombre de Amadeo Nuccetelli, un recordado presidente de los años 70. Pero Fassi se empecinó en gastar 30 millones de dólares en el nuevo espacio cedido por la constructora Astori, que se encargará de las obras con aportes privados. El actual, situado en la avenida Circunvalación, vale otros 25 millones.