El actual mercado de fichajes es una muestra más del cambio de paradigma que está protagonizando el Barcelona en las últimas temporadas. Andrés Iniesta dijo adiós. ¿Y quién fue el último en decir hola? Arturo Vidal, un purasangre alejado de lo que se llamó en su día “ADN Barça”. El chileno es el cuarto fichaje del Barcelona para la próxima temporada, después de los brasileños Malcom y Arthur y el francés Clément Lenglet. Vidal promete músculo y una entrega encomiable, pero ofrece un perfil opuesto al de Iniesta o Xavi Hernández. Con el primero de ellos en Japón y el segundo en Qatar desde hace ya varios años, en el Barcelona sólo quedan dos guardianes del “estilo”, Sergio Busquets y Lionel Messi. Esa generación dio forma a uno de los mejores equipos que recuerda el fútbol, el Barcelona entrenado por Josep Guardiola. Hubo una lluvia de títulos, pero más allá de eso, el poso que quedó fue la perfección del estilo que implantó Johan Cruyff en las divisiones inferiores del Barcelona en la década de los 90.
Tras la salida de Guardiola, el modelo continuó con Tito Vilanova. Todavía se recuerda el once titular que colocó en 2012 con 11 futbolistas formados en la cantera, la famosa “Masía”. Con la llegada del argentino Gerardo Martino en 2013 se empezó a atisbar un cambio y en septiembre de aquel año el Barcelona perdió la posesión por primera vez en un lustro.
Luis Enrique y desde el año pasado Ernesto Valverde se fueron amoldando a lo que demandaba la actualidad: un fútbol menos vistoso pero más directo, con más poderío físico en el medio del campo. Y en las últimas semanas, los sectores más puristas criticaron a la directiva de Barcelona por la salida de Joan Vilà, considerado como uno de los pilares fundamentales en el desarrollo futbolístico de las categorías inferiores.
Poco, salvo Busquets y Messi, queda hoy de ese Barcelona arrollador a través de la posesión. El club fichó en las últimas temporadas a jugadores de mucha técnica que miman el balón, pero André Gomes y Arda Turan no encontraron su lugar en el Camp Nou. Philippe Coutinho, que llegó en enero como el fichaje más caro de la historia del Barcelona, es posiblemente el futbolista con mejor toque ahora mismo de la plantilla. De Arthur también se espera mucho, pero de momento es más un proyecto que una realidad.
“Se trata de enriquecer el estilo, no de considerar algo como malo desviarse un milímetro del ADN”, comentó el viernes el entrenador del Barcelona, Ernesto Valverde, cuando le preguntaron sobre lo que puede aportar Vidal. “Acepto las opiniones de todo el mundo. El año pasado hubo gente que criticó el fichaje de Paulinho sin verle ni un minuto y luego se vio que fue un jugador que nos vino ien”, añadió. “En un club como el nuestro hay espacio para muchos tipos de jugadores. Es cierto que hay unos que te marcan el estilo y otros que cuando llegan lo enriquecen.”
En la temporada que está a punto de arrancar, el Barcelona contará con apenas cinco canteranos entre sus principales jugadores. Son Messi, Busquets, Gerard Piqué, Jordi Alba y Sergi Roberto. Fue Sergi Roberto precisamente el último canterano que se estabilizó en el primer equipo. Cuando empezó a despuntar se le veía como un posible recambio para Xavi o Iniesta, un jugador criado en el fútbol de toque de la “Masía”. En los tres últimos cursos tuvo continuidad en el primer equipo, pero reconvertido en lateral derecho. Lo más probable es que el español siga relegado a la banda mientras en el centro del campo aparezcan jugadores como Vidal o Arthur. “Yo soy Arthur, no soy Xavi ni Iniesta. Sé lo que han hecho estos jugadores y son un espejo, una referencia”, dijo recientemente el brasileño.