Justo que salía para la cancha, mi novia Sara me pide que le haga el favor de Noir. Casi queda des Mayada cuando le digo que al ser futbolero quiero Bertolo lo que pueda. Ella ya se había preparado para salir conmigo: se puso la Bottinelli Amarilla y las calzas Rojas que le marcan la Gamba y tanto me gustan…
–¡Sos un Pillud, un Canuto!– me gritó.
–¡No seas Bologna! Yo te quiero Mouche, amor. Siempre te fui Amoroso con vos, Franco y Leal. Y si me pedís la Luna, te la doy. Yo Luchetti mucho por tu amor. Albertengo ganas de besarte. Vivir a tu lado es vivir la vida color de Rossi, o al menos color Mora. Sé que estás Cabrera, pero tampoco me tomes por Gil Romero.
–Todo bien, pero te borraste…
–No me rompas los Scocco, no me Borré.
–Eso es “según el Cristaldo con que se mire”.
–¿Quién te dice eso? ¿Miranda, tu amiga de Martínez?
–Ella es de Zárate.
–Del Barrios que sea.¡Es una bruja!
–No la llames así.
–Si solo le falta la Escobar. Ayala veo, viviendo siempre Acosta de los demás. Si a esa Minetti le va para el Ortiz con sus novios, no es mi culpa. Si Tevez con ella decile que se meta su mala onda en Zuculini. Se hace la Angelleri, la Blandi, pero es medio Bobadilla… La tengo entre Cejas. Que se tome el Olivares.
–Me importa un Soto esa Gattoni. Que diga Luque quiera total no le doy Más Bolaño. Quiero pasar un Domínguez con vos, Lito, quiero estar con Milito, mi Machín.
–Entonces Benítez conmigo. Nos hacemos Compagnucci y al volver del partido, nos fumamos un Pucheta, ponemos la Meza, nos comemos una Pizzini o lo que haya en el Pratto y brindamos con un Navarro que me salió bastante Caruzzo.
–¿Bou me querés?
–Hasta la Oreja. Te lo juro por San Román y por Sandoná. Mi Cabezas piensa todos los Díaz en vos, sobre todo en tus Bustos y en tu Colazo…
–No seas Pavón. Siempre el mismo Burdisso. Dale, andá Solís al partido, que tu amor Sequeira acá. Pero Ojeda que al regreso te espero con la Lux apagada en la Camacho, Ardente como un Calderón, porque este Domingo, yo Llolo que quiero es que un Goltz Melo hagas a mí.