Las sanciones de Estados Unidos contra Irán tras la salida de Washington del acuerdo nuclear con Teherán de 2015 entrarán en vigor hoy en medio de nuevos cruces verbales entre los presidentes Donald Trump y Hassan Rohani por la reimposición de medidas.
En un comunicado en el que se refirió a Irán como una “dictadura asesina”, Trump volvió a defender la retirada de su país del “horrible” acuerdo nuclear firmado hace tres años entre Alemania, Francia, Reino Unido, China, Rusia y Estados Unidos con el país persa para impedir que Teherán fabricara una bomba atómica a cambio del levantamiento de sanciones en su contra. El acuerdo, dijo Trump, sólo supuso dinero para un gobierno que expande la violencia y el caos. Trump se mostró satisfecho de que “numerosas empresas internacionales hayan anunciado ya su intención de abandonar el mercado iraní”.
Estados Unidos ejercerá “la máxima presión económica” sobre el Gobierno de Teherán, añadió Trump, que sin embargo dejó clara su apertura a una renegociación del acuerdo nuclear. “Sigo abierto a lograr un acuerdo más completo que trate en toda su amplitud las actividades malignas del régimen, incluido su programa misilístico y su apoyo al terrorismo”, dijo.
Horas después, Rohani se dirigió al pueblo iraní en un discurso televisado en el que afirmó que el país se mantendrá en el acuerdo. “Pese a las sanciones, le mostraremos al mundo que mantenemos nuestra palabra y que respetamos los pactos internacionales”, dijo en una entrevista con la emisora estatal IRIB.
Las sanciones constituyen “una guerra psicológica” de los estadounidenses contra Teherán, agregó Rohani. Pero Irán sobrellevará la situación con solidaridad y unidad tanto desde la cúpula dirigencial como el pueblo, dijo. También dijo estar satisfecho con las reacciones políticas de Rusia, China y los países europeos, que decidieron mantener el acuerdo, aunque reconoció que en términos prácticos hay problemas con empresas que por diversos motivos quieren cesar sus actividades en Irán a causa de las sanciones. El Gobierno iraní continuará buscando intensivamente soluciones junto sus aliados, afirmó.
Rohani indicó además que está abierto al diálogo con Washington, pero a cambio de que Estados Unidos ofrezca disculpas y compensar al país por diferentes acciones contra Teherán desde 1953. “Estados Unidos nos debe algo y tiene que disculparse con nosotros, no nosotros con ellos”, expresó. Consideró además que las negociaciones deben estar orientadas a la búsqueda de resultados y basadas en la sinceridad, algo que el presidente estadounidense no ha consegido demostrar con la salida del país de varios acuerdos internacionales, sostuvo. Si eso cambia, Irán está listo para comenzar otra vez las conversaciones, añadió.
En un primer paso, Washington pretende que Irán no pueda comprar dólares ni tampoco comerciar con oro y metales preciosos, así como prohibir el comercio con determinados metales y materias primas y software industrial. También afectan al sector automotor y a la exportación de alimentos y alfombras.
Estados Unidos prevé además una segunda ronda de sanciones en noviembre con un objetivo mucho más dañino: la industria petrolera del país persa, crucial para la economía de Teherán. Las sanciones llegan en un momento de máxima presión para Rohani, reelegido hace un año como presidente y celebrado como un “sultán reformista” en las redes sociales. Ya antes de la entrada en vigor de las sanciones, el país cayó en la peor crisis económica de su historia, viendo cómo la divisa perdía más de la mitad de su valor.