El exterior de la sala de Acorazado Potemkin tiene lo necesario para pasar el invierno. Una pava eléctrica, una pequeña estufa halógena y un paquete de Rosamonte abierto. Los tres músicos acaban de tocar por enésima vez la lista de temas que va a componer la presentación oficial de Labios del río, su tercer trabajo de estudio, editado el año pasado. Después de horas de ensayo, Luciano Esaín, Federico Ghazarossian y Juan Pablo Fernández producen un intenso silencio, cada uno concentrado en la pantalla de su teléfono, todos atentos al cumpleaños de una amiga en común.
“Siempre, desde el principio, preparamos las listas de los shows con anticipación”, dice el baterista sobre el método del trío. “Como éste va a ser largo, queríamos tomar bien algunas decisiones, como cuántos temas íbamos a hacer, y ver cuáles entran, además de los de Labios del río. Al show hay que entrenarlo para llegar con el aire, la fuerza y la precisión necesarias; aguantar los 90 minutos, digamos. Fuimos probando, cambiando bloques de lugar, y una vez definido eso, ensayamos el show de punta a punta cada vez que venimos.”
¿Qué se logra con esa metodología?
Esaín: No es lo mismo tocar un tema cansado que estar fresquito. Te puede no salir tan relajado como te tiene que salir. Está bueno porque esto es una cosa seria: para un show largo en Niceto Club la gente espera que demos lo mejor.
Fernández: Se tienen que ir encarrilando las emociones y los bloques. Eso se construye también, porque tenemos temas abajo, temas arriba, más rápidos, otros midtempo. Vamos ordenando eso. Después, cada show tiene una carga de azar o improvisación. Pero tratamos de ir acomodando todo de antemano, ensayamos hasta las pausas, cuándo afinar… todo.
Esaín: Que se me caiga un palito, que se me corra algo de lugar o que nos equivoquemos en una nota nos puede hacer tirar todo el tema a la mierda. Disfrutamos de trabajar así, no lo vemos como una carga.
¿Se puede planificar la improvisación?
Esaín: Hay pequeñas cosas en las que uno se deja ir. Yo en particular puedo cambiar algunos fills o detalles.
Fernández: Después se disfruta, la improvisación viene de lo que vuelve, de lo que pasa con la gente, con las luces. Por primera vez vamos a trabajar con visuales, seguramente eso cambie la percepción de la gente sobre lo que hagamos.
Los tres vienen de espacios propios del under, y formaron Acorazado Potemkin, que también se destaca en ese espacio. ¿Hay un lenguaje propio del under?
Esaín: Pasa por ver qué hacés con lo que tenés. Por ahí vas a tocar a El Zaguán y si caés con tremendos equipos, como un rockstar, va a quedar desubicado. Y si vas a Niceto con dos equipitos y no te sabés armar, lo mismo. Qué hacés con lo que tenés a mano define el lenguaje que estás proponiendo. En Niceto no vamos a hacer una puesta de rockstar, no va a haber una pasarela ni vestuario. Esa cosa más austera tiene que ver con el under, al menos como lo vivimos nosotros.
* Viernes 10 de agosto a las 20 en Niceto Club, Niceto Vega 5510, junto a Tulús.