Las empresas involucradas en la investigación judicial por supuestas coimas empezaron a mostrar importantes tensiones financieras. Las acciones de Ternium anotaron ayer un retroceso del 4,7 por ciento en la bolsa de Nueva York. Se trata de la firma productora de aceros planos y largos del Grupo Techint, la cual quedó involucrada en el caso y sufrió la detención del ex directivo Héctor Zabaleta, un hombre de confianza de Paolo Rocca. Otra de las firmas con problemas es Electroingeniería, en la que fue arrestado el vicepresidente Gerardo Ferreyra. La calificadora de riesgo Moody’s alertó por la elevada probabilidad de default de los bonos de la firma, al complicarse la situación judicial de la empresa y la posibilidad de renovar su deuda. Moody’s advirtió también por la situación de los pasivos de Albanesi, compañía dedicada a la generación de energía que quedó envuelta en la investigación de Claudio Bonadio. El presidente Armando Losón fue uno de los empresarios detenidos por el juez.
La reacción de los inversores con las empresas involucradas en este caso no es distinta respecto de lo observado en Brasil cuando se desató el Lava Jato. A la caída del precio de las acciones y el aumento del riesgo de impago de los bonos de estas firmas, podrán sumarse juicios de inversores del extranjero por el comportamiento poco ético de la empresa. Una de las compañías más importantes de Brasil, la petrolera Petrobras, atravesó esta situación en 2014, cuando recibió una demanda colectiva de inversores en una corte federal de Nueva York tras el escándalo de las coimas del Lava Jato. Los inversores acusaron a la empresa de haber provocado una pérdida en el valor de las acciones por su comportamiento incorrecto y reclamaron una compensación justa por las pérdidas. El Grupo Techint podría ser una de las firmas más afectadas por este artilugio legal.