El número de víctimas mortales en España por la ola de calor se elevó a nueve, indicaron ayer las autoridades de Salud, tras casi una semana de temperaturas extremas. Un hombre de 66 años fallecido el 2 de agosto en la región suroccidental de Extremadura, fronteriza con Portugal (que está asediado por los incendios forestales), fue víctima efectivamente de un golpe de calor, confirmó este martes un portavoz del departamento de Salud. Y acotó que una mujer de 75 años falleció dos días más tarde por la misma razón. Estos dos casos llevaron a nueve el total de personas muertas como consecuencia directa de la ola de calor. 

Las otras víctimas son un alemán de 40 años que peregrinaba por el Camino de Santiago y falleció en Extremadura, donde también pereció un hombre de 81 años. En la región nororiental de Cataluña, murieron por el calor tres hombres sin hogar. Y otros dos hombres, un obrero de 40 años y un jubilado de 78, murieron en Murcia (sureste).

Partes de Extremadura registraron temperaturas de hasta 46 grados durante el fin de semana pasado. Pero los índices extremos se han registrado en gran parte de España desde que comenzó la ola de calor, el miércoles pasado. 

En tanto, Francia enfrentó su peor día ayer, con temperaturas que oscilaron entre los 36 y 40 grados en todo el país. Los hospitales parisinos continúan en urgencia y las piscinas de la ciudad están abiertas hasta medianoche. 

En Suecia se registraron temperaturas superiores a los 34 grados y en Noruega las autoridades viales emitieron un alerta a los conductores, ya que los renos se refugian en los túneles para escapar al calor.

Esta ola de calor, provocada por vientos del Sahara, marcó el verano europeo tanto como la del 2003, cuando murieron en Francia 13.000 personas, la gran mayoría adultos mayores que vivían solos y cuyos familiares estaban de vacaciones. 

Se espera para hoy la entrada de un frente frío desde el Atlántico, que bajará significativamente las temperaturas.