El 12 de agosto la Universidad de Buenos Aires cumple 197 años, y este aniversario la encuentra en un lugar de prestigio entre las principales instituciones de educación superior. Esto se debe a la labor de miles de docentes, investigadores, graduados, alumnos y nodocentes,  que día a día hacen de esta universidad un centro de referencia científica y académica de primer nivel, tanto nacional como internacional.

La educación en general y la educación superior en particular es un derecho de todo el pueblo argentino, un bien público y social y un deber indelegable del Estado. La Universidad pública debe ser una institución donde la calidad académica sea su eje rector, en donde la investigación y la generación del conocimiento sean el nodo central de su desarrollo. No la concebimos sin investigación y sin generación del conocimiento. Como consideramos que debe estar íntimamente relacionada con el contexto social que le da sustento, es que a través de la trasferencia del conocimiento que se genera en los claustros nos vinculamos con organizaciones sociales que tienen un fuerte impacto en las necesidades de la población.

Porque, en definitiva, debe estar al servicio de la sociedad que la contiene. El “pensar la universidad” no es un slogan, sino un motor que está en continuo funcionamiento. Y en ese esquema, es parte de nuestra tarea el proponer a la comunidad universitaria y a la sociedad en general un debate de las áreas estratégicas para el desarrollo de nuestro país en los aspectos económicos, sociales, culturales y políticos. No existe ningún proyecto de desarrollo cultural, económico o productivo en el mundo, que se haya sostenido en el tiempo, en donde la Universidad no haya sido un eje central del mismo.

Nuestra Universidad posee un rol de relevancia como institución del Estado. De sus claustros salieron 15 presidentes, cuatro premios Nobel y el quinto fue profesor, y concentra el 30% de la investigación que se produce en el país. Hoy la UBA integra el top del 1% de las principales universidades del mundo. Es por ello que se precisa más inversión para fortalecer lo académico, para hacer ciencia e investigación, y para concentrarnos más fuertemente con las necesidades del contexto social, manteniendo nuestra calidad y excelencia.

A lo largo de su historia, la UBA supo sobreponerse a embates autoritarios que pretendieron dominarla pero siempre triunfó la defensa de sus principios rectores de ser una universidad pública, autónoma, gratuita, cogobernada, plural y defensora de las instituciones democráticas y los derechos humanos que constituyen los pilares fundamentales en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva.

Dr. Alberto E. Barbieri: Rector de la UBA