Nervios, expectativas y esperanza. Así se vivió la vigilia del 8A en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Rosario, donde cientos de chicas llegaron ayer con mate y mucho abrigo. Aunque no pudieron viajar al Congreso de la Nación, apretaron fuerte el pañuelo verde contra el pecho para que la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) sea ley. Con transmisión en vivo y a pesar de los pronósticos desalentadores, centenares pasaron por la facultad para ser parte de la historia que empezó a escribirse hace 13 años. "Hasta que se vote. Hasta que sea ley", prometieron quedarse. Pasadas las 18, la senadora por Santa Fe, María de los Angeles Sacnun, tomó la palabra: "Una muerte por aborto clandestino es un femicidio por omisión del Estado", dijo.
El patio, los pasillos y escaleras de Humanidades estaban desbordados. El objetivo era uno solo: ser parte de la votación histórica en la Cámara de Senadores, que se prolongaría al menos hasta la medianoche, con unos 60 oradores. Allí mismo, hace menos de dos meses se celebró la votación de Diputados: aquel 129 a 125 que le dijo sí al derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. Desde entonces, los pañuelos verdes se multiplicaron por miles: ya no solo se los veía en mochilas, cuellos y muñecas; sino que hubo militantes que lo trasladaron a su lugar de trabajo, los colgaron en balcones y se los vio hasta en colectivos.
El día ventoso y frío empujó a chicas y chicos al medio el salón de actos, pegados a la pantalla, donde esperaban las palabras de senadoras y senadores, que prometía una votación antes de la madrugada. "Por las dudas vinimos con bolsas de dormir", dijeron algunas. Gia, Camila y Macarena ya tenían los cachetes verdes y brillantes. Tienen 16, 17 y 19 años y saben que es "más que necesario" que salga la ley. "Tiene que salir, porque ahora ya no hay punto de regreso; es de acá para adelante", dijo Camila, que tomó la voz del grupo. En su escuela, la Bernardino Rivadavia, ayer hicieron un debate. "Eramos ocho a favor y dos en contra", celebró.