El Departamento de Estado de estadounidense determinó ayer la responsabilidad rusa en el envenenamiento del ex doble agente ruso en el Reino Unido, por lo anunció que impondrá nuevas sanciones al Kremlin como castigo. “El gobierno de la Federación Rusa usó armas químicas o biológicas en violación de la ley internacional”, afirmó la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, al informar de la decisión en un comunicado. Las nuevas sanciones, que no fueron detalladas, entrarán en vigor luego de un período de notificación del Congreso de 15 días, dijo Nauert.
Sin embargo, un oficial Departamento de Estado citado por el diario The Washington Post mencionó algunas de las medidas y afirmó que podrían tener un impacto importante en el comercio con Rusia. Las sanciones incluirían la prohibición de la expedición de licencias para exportar productos estadounidenses a territorio ruso, por ejemplo, aparatos electrónicos. No obstante, dijo el mismo funcionario, si el Kremlin no se compromete a detener el uso de todas las armas químicas y permite inspecciones para confirmar su definitiva eliminación dentro de los próximos 90 días, las medidas se agravarán. Estados Unidos podría llegar a prohibir que aerolíneas rusas operen en territorio estadounidense y llevar a la suspensión de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
El ex doble agente Serguéi Skripal y su hija Yulia fueron envenenados a comienzos de marzo en Salisbury, suroeste de Inglaterra, con el agente neurotóxico Novichok. El gobierno británico atribuyó el intento de asesinato a Rusia, que por su parte rechaza categóricamente la acusación.
El caso desató una grave crisis diplomática entre Rusia y los países occidentales que dio lugar a expulsiones cruzadas de diplomáticos.
Hospitalizados en estado crítico, padre e hija lograron sobrevivir tras permanecer varias semanas en tratamiento intensivo en un hospital.
Skripal, antiguo responsable de los servicios de espionaje del ejército ruso, había sido condenado en 2006 en Rusia por alta traición, acusado de vender información a los servicios británicos. Después de beneficiarse en 2010 de un intercambio de espías entre Moscú, Londres y Washington, decidió instalarse en Inglaterra. Aunque Estados Unidos se unió a varios países europeos para culpar públicamente a Moscú pocos días después del ataque al ex espía, la Administración del presiente Donald Trump nunca emitió la determinación formal que desencadena sanciones automáticas en virtud de una ley estadounidense que data de 1991 contra el uso de armas químicas. Dicha legislación estipula que el presidente debe imponer sanciones a cualquier país que use armas biológicas y químicas.
El Congreso tuvo que empujar a Trump para que lance las penalizacones al Kremlin. El Ejecutivo tuvo dos meses después de que el Parlamento presentara una petición formal en marzo para determinar si Rusia había violado la ley internacional. Cuando se cumplió la fecha límite y no había llegado la respuesta, el Comité de Asuntos Extranjeros del Senado le llamó la atención al mandatario, informó NBC News. La medida llega así con cinco meses de retraso desde que ocurrió el suceso y en medio de las acusaciones de Trump al fiscal especial Robert Mueller, quien lidera la investigación federal sobre la llamada trama rusa, por la presunta injerencia del Kremlin en las presidenciales de 2016.
Mueller también investiga la posible coordinación de la campaña de Trump con el Kremlin para perjudicar a la entonces aspirante presidencial demócrata, Hillary Clinton, algo que el multimillonario ha calificado de caza de brujas.
El inquilino de la Casa Blanca sí ordenó en su momento la expulsión de 60 rusos, incluyendo a 12 que fueron identificados como agentes de inteligencia y cerró el consulado de Rusia en la ciudad de Seattle. La medida se unió a acciones similares llevadas a cabo por países europeos en solidaridad con el Reino Unido.
El mes pasado, la primera ministra británica, Theresa May, le pidió a su homólogo estadounidense que trate el tema del envenenamiento durante su reunión con el presidente ruso Vladimir Putin en Helsinki, Finlandia. Sin embargo, no se dio a conocer si finalmente trataron el asunto.
Además de los Skripal, una pareja de británicos resultó envenenada el 30 de junio tras estar en contacto con el Novichok que se hallaba en un frasco. La mujer, Dawn Sturgess, de 44 años, falleció, pero su pareja, Charlie Rowley, finalmente sobrevivió. El martes, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya, informó que Londres le pidió que aumentara su asistencia técnica por el caso del agente neurotóxico Novichok. A petición de Londres, la OPAQ había enviado un equipo en julio para determinar de forma independiente la naturaleza de la sustancia que causó la muerte de Sturgess. Los agentes nerviosos Novichok son una serie de tóxicos poco conocidos y altamente peligrosos concebidos por científicos soviéticos en los años 1970-1980.