La ley de movilidad previsional vigente hasta diciembre de 2015 habría arrojado una mejora de las jubilaciones del 29,6 por ciento con el aumento de septiembre. La cifra es 10,4 puntos porcentuales superior al aumento validado por la cuestionada fórmula de actualización del Gobierno que fue aprobada en diciembre. Los primeros tres ajustes en el año arrojaron una suba acumulada del 19,2 por ciento en las prestaciones de la seguridad social. Las autoridades de la Anses aseguran que las jubilaciones recuperaron poder adquisitivo desde que entraron en vigencia los cambios impulsados por el oficialismo. Las estimaciones realizadas por el abogado especializado en seguridad social, Miguel Fernández Pastor, permiten dimensionar el ajuste que experimentó el ingreso de los adultos mayores a partir de la implementación de las modificaciones recomendadas por el FMI.
“Con paritarias y recaudación en baja, con la economía en recesión y una inflación descontrolada, la vieja fórmula hubiera estado mucho más cerca de lo que serán los aumentos de precios del año 2018”, explicó Fernández Pastor. De acuerdo a sus estimaciones, la vieja fórmula hubiera arrojado una mejora del 14,5 por ciento en marzo y una segunda actualización de 15,1 en septiembre: un total de 29,6 por ciento en el año.
La Anses que encabeza Emilio Basavilbaso confirmó anteayer que las jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y AUH aumentarán 6,68 por ciento en septiembre. La tercera actualización de las prestaciones del sistema de seguridad social bajo el nuevo índice de movilidad arrojará un alza del 19,19 por ciento en los primeros nueve meses del año (los aumentos anteriores fueron 5,71 por ciento en marzo y 5,69 por ciento en junio). Con el nuevo incremento el haber mínimo alcanzará el mes próximo a 8637,13 pesos mientras que la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM) pasará a 6909,70 pesos. La AUH ascenderá hasta los 1684 pesos.
“Resulta imposible que los beneficiarios de la seguridad social recuperen lo perdido con la movilidad que recibirán en diciembre”, sostiene el abogado especializado. Ese mes llegará el cuarto y último aumento del año. Para Fernández Pastor la fórmula de movilidad vigente hasta diciembre del año pasado permitió “durante toda su vigencia que los beneficiarios de la seguridad social ganaran poder adquisitivo y, este año, hubiesen logrado que no pierdan o que empaten mientras que los trabajadores en relación de dependencia perdieron por goleada”.
Durante los primeros siete meses del año la capacidad de compra de las jubilaciones registró una caída promedio del 2,6 por ciento mientras que el retroceso asciende al 4,6 por ciento interanual en julio. Los cálculos de base realizados por los investigadores del Cifra-CTA muestran que “entre julio de 2015 y el mismo mes de 2018, las jubilaciones mínimas acumularon una pérdida que llega al 10,4 por ciento”.
La pérdida en la capacidad de compra se conjuga con tres elementos. En primer lugar, el proceso de reforma estructural habilitado por el gobierno de Cambiemos en 2016 que concluirá con la presentación de un proyecto de ley de reforma más amplio el próximo año. Un segundo elemento lo ofrece el recesivo escenario macroeconómico con inflación y caída en los niveles de empleo que afectan a todo el sistema de la seguridad social. El tercero es el ajuste acordado con el FMI que prevé, por ejemplo, el paulatino desmantelamiento del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses.