La Justicia alemana determinó que el copiloto del vuelo de Germanwings Andreas Lubitz  fue el único responsable del siniestro áereo ocurrido en los Alpes franceses, que dejó 150 muertos, tras colisionar intencionalmente la nave, en marzo de 2015. “Las investigaciones no aportaron pruebas suficientes ni tangibles sobre responsabilidades externas de personas aún vivas” en el entorno familiar o médico del piloto ni en el seno de su empresa, declaró Christoph Kumpa, portavoz de la fiscalía de Dusseldorf (oeste), que dirigía la investigación. De esta forma, Alemania dio por cerrada la causa mientras que en la justicia francesa, en Marsella, la investigación sobre la filial de bajo costo de la aerolínea alemana Lufthansa sigue abierta. Para los investigadores, el copiloto de 27 años, depresivo y suicida, se encerró en la cabina de mando del avión, aprovechando la ausencia momentánea del comandante, y chocó deliberadamente contra la montaña la nave que volaba de Barcelona a Dusseldorf. La colisión  dejó 150 muertos, entre ellos 72 alemanes y 50 españoles. En cuanto a la posible negligencia de los médicos que examinaron a Lubitz y no informaron de sus problemas psicológicos, Kumpa explicó que el copiloto no habló de sus tendencias suicidas con ninguno de ellos, ni con sus allegado y que por lo tanto desconocía su estado real.