La campaña por la aprobación en el Senado de la ley de legalización del aborto en Argentina tuvo su réplica internacional a lo largo del día, cuando las capitales y ciudades de América, Europa, Oceanía y Asia fueron algunos de los escenarios del “pañuelazo” en apoyo al proyecto de despenalización del aborto. Los actos se replicaron frente a los consulados y embajadas de Argentina en muchísimos países, desde Australia y Japón, hasta Canadá y Estados Unidos, pasando por España, Irlanda y Francia.

En Nueva York también apoyaron.

A nivel mundial un gran eco produjo la contratapa de la versión internacional impresa del diario estadounidense New York Times, del martes pasado.

La página está completamente impresa en verde en solidaridad con el color de la Campaña y en grandes letras blancas se lee “Adiós” sobre la imagen de una percha, un objeto que se utiliza aún en algunos países para romper el saco amniótico en los abortos ilegales. Es una publicidad de la ONG Aministía Internacional.

Una de las voces internacionales que más se han involucrado es la escritora Margaret Atwood, autora del libro El cuento de la criada, que retrata un futuro en el que las mujeres son forzadas a procrear y están despojadas de toda autonomía. Atwood envió una carta en la que preguntó: “¿En qué clase de país quieren vivir? ¿En uno en el que cada individuo es libre de tomar decisiones concernientes a la salud y el cuerpo de ella o de él, o en uno en el que la mitad de la población es libre y la otra mitad es esclavizada?”.

En Madrid, cientos de personas realizaron un pañuelazo solidario a las puertas de la embajada argentina. En Barcelona la juntada fue frente al consulado y desde las 18 (hora local) se organizó una reunión “por el aguante a la ley”. Allí ya se había juntado una gran marea verde el 1º de agosto, en ocasión de la discusión y votación en Diputados.

En la Universidad de Harvard, ubicada en Boston (Massachusetts), un grupo de estudiantes también se reunió en apoyo al proyecto vistiendo el pañuelo verde.

Más allá de la votación del senado, el apoyo a la ley fue al alza en los países donde el aborto ya es legal, y la internacionalización de la causa vive estos gestos con optimismo.

Tokio se vistió de verde.