A raíz de la polémica originada por los controles en las entradas a las playas públicas de Mar del Plata para evitar el ingreso de alcohol, el municipio aseguró que el descarte de las bebidas es “voluntario”. De todos modos, desde el viernes pasado, la Policía bonaerense revisa pertenencias personales, incluidas heladeras, bolsos y mochilas. Durante el fin de semana se descartaron o secuestraron –según cómo se mire– 278 litros de alcohol en los balnearios.

Los procedimientos que se llevan a cabo en las playas se implementaron a través de la Subsecretaría de Inspección General, a cargo de Emilio Sucar Grau, y con la colaboración de efectivos de la Policía bonaerense, como parte del programa “Mar del Plata Segura”.

Emiliano Mensor, coordinador del programa, explicó a PáginaI12 que durante los operativos “se invita a que de forma voluntaria quienes llegan a la playa descarten sus bebidas si las traen abiertas. Para aquellos que aún las traen cerradas se les informa que hay lockers habilitados para que las dejen y las puedan retirar cuando se van”. “No es secuestro, ni imposición ni alcohol cero”, sostuvo Mensor. “Simplemente es concientizar a los pibes sobre los efectos que tiene el consumo, y para eso entregamos folletería”, aclaró el coordinador sobre la campaña de prevención del consumo “Tomemos buenas medidas”, que se extenderá hasta el 31 de marzo, organizada por el municipio y la Federación Argentina de la Industria de Bebidas Espirituosas (Faibe).

La campaña de prevención se replica por la noche en los boliches. Mensor explicó que “al ingresar se invita a las personas a hacer de forma voluntaria un test de alcoholemia. Si les da 0,5 o menos se les da una entrada gratis, si tienen más les damos los folletos de prevención. Si vinieron manejando los invitamos a que tomen un taxi y para eso estamos en tratativas con la cámara de taxis para conseguir descuentos”.

Sin embargo, los operativos generaron polémicas porque no serían tan voluntarios sino más bien intimidatorios, y para esto se apoyan en la presencia policial. No es la primera vez que sucede: el ex funcionario de la dictadura y actual intendente marplatense de Cambiemos Carlos Arroyo ya viene aplicando requisas a pasajeros de colectivos.

En la zona de Playa Grande, donde se realizaron más controles, los uniformados miraron mochilas, heladeritas, bolsos y carteras en busca de alcohol, aunque, según Mensor, “si venís a la playa con bebidas y las querés pasar no te puedo obligar a dejarlas”.

En este sentido, Cristian Peláez, abogado y docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Unmdp), dijo que “hablamos de gente que por tener una bebida es confrontada por la policía supuestamente en el marco de una campaña de concientización. Esto es paradójico, ya que en los paradores, apadrinados por la municipalidad, se vende alcohol”. “La gente no tiene por qué someterse a ningún interrogatorio. No hay normativa legitimante para un decomiso, ni para revisar un bolso o cualquier objeto personal”, sostuvo el abogado, quien remarcó que “la policía no tiene ese poder sin una orden, y su presencia es extorsiva e intimidante”.

En cuanto a la posibilidad de que un policía le solicite a una persona mostrar sus pertenencias personales, el juez de Garantías de Mar del Plata Juan Tapia explicó a PáginaI12 que “requisar es el análogo a un allanamiento e implica invadir la esfera de la intimidad, y sólo lo puede hacer con autorización de un juez de garantías. A diferencia de un cacheo, la requisa necesita orden del juez”, sostuvo Tapia.

“Hay excepciones para prescindir de la orden judicial pero sólo en los casos en que existen indicios de que esa persona está cometiendo un delito, pero esto no está previsto para faltas municipales”, aclaró el juez, quien resaltó que “un ciudadano se puede negar a ser revisado, y puede haber responsabilidad del funcionario policial por abuso de autoridad. Los límites para estos procedimientos tiene que ver con el resguardo al derecho a la intimidad de las personas”.