La Cámara Penal de Dolores reiteró ayer que el ex subcomisario Gustavo Prellezo –organizador del asesinato de José Luis Cabezas– estaba en su derecho de obtener la libertad condicional después de 19 años y 8 meses de prisión en la Unidad 9 de La Plata. Los camaristas Fernando Sotelo y Susana Miriam Yaltone señalaron que el ex policía cumplió el tiempo requerido de prisión, por cuanto en el momento del crimen –enero de 1997– regía la ley del dos por uno. A esto se agrega que Prellezo estudió Abogacía en la Universidad de La Plata, tuvo buena conducta y, curiosamente, los jueces consideraron como un mérito que haya adherido a la Iglesia Adventista. Según parece es un síntoma de reeducación.
Mientras cumplía su condena, el homicida empezó a ser visitado en el penal por una mujer rosarina, Cristina, con la que finalmente terminó casado y ahora tienen una hija. Todos viven en el barrio de Los Hornos, en La Plata, desde 2010, cuando Prellezo consiguió la prisión domiciliaria. El ex policía seguirá con libertad condicional otros cinco años y, si cumple con las condiciones, a fines de 2021 obtendrá la libertad definitiva.
Cuando el 25 de enero se cumplan 20 años del asesinato del fotógrafo de la revista Noticias, no quedará ninguno de los protagonistas en la cárcel. El único, Gustavo González, un integrante de la banda de Los Horneros, está preso por ser parte de una organización que vendía éxtasis.
Prellezo fue el principal organizador del homicidio y, según el fallo judicial, fue quien disparó los dos tiros en la nuca que terminaron con la vida de Cabezas. Pero, además, el ex policía llevó a Pinamar a los cuatro ladrones de Los Hornos –además de González, José Luis Auge, Horacio Braga y el fallecido Miguel Retana– que participaron de la ejecución; armó un operativo con otros dos policías, Sergio Camaratta y Aníbal Luna y contó con una zona liberada por el comisario de Pinamar, Alberto Gómez. En el juicio llevado a cabo en Dolores, se concluyó que el crimen fue ordenado por el empresario Alfredo Yabrán y que los detalles los pactaron su jefe de custodia, Gregorio Ríos, y Prellezo.