La vigilia internacional fue poderosa y el mundo entero vibró de energía feminista. Un mar inmenso de voces que inundó calles y desbordó fronteras. “Escuchamos sus cantos de lucha y ustedes pueden percibir nuestra resistencia en sus corazones”, se expresaron las Comunidades de Mujeres de Kurdistán, y la Unidad de Autodefensa Femenina de mujeres kurdas exclamó a través de un video con el que expresaron su apoyo que “su lucha principal es la de construir una nueva sociedad con mujeres libres, NiUnaMenos por abortos clandestinos”, se solidarizaron. Desde el mediodía del 8A, miles de mujeres de todo el mundo se unieron al pañuelazo internacional que latió junto a los cuerpos de millones de mujeres en Buenos Aires por el derecho al aborto legal. Un océano de sororidad mundial en el que hubo rebeldía, autonomía, insumisión y sublevación feminista, porque nos mueve el deseo. “La lucha feminista es solidaridad entre mujeres para pelear por los derechos de todas”, dijo la periodista Irantzu Varela, desde Almería, España. “Estamos viviendo la lucha de las feministas argentinas por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, y aunque el derecho al aborto se consiguió en el estado español hace décadas, estuvo en peligro hace algunos años y eso nos hizo volver a organizarnos para salir a las calles y recordar que no solo hay que luchar para conquistar derechos sino que hay que luchar para mantenerlos. Es una lucha que nos recuerda que hasta que todas las mujeres del planeta no seamos libres, ninguna de nosotras lo será”.
En Chile, frente a la embajada argentina en Santiago las feministas fueron parte de la marea verde que avanza por toda América latina. “Que tiemble la tierra de pibas con ganas”, arengó Animalas Colectiva, en un abrazo que confunde cuerpos emocionados por tanta complicidad más allá de la cordillera. “Las mujeres decidimos, el Estado garantiza, la sociedad respeta y la Iglesia no interviene”, sonríen aguerridas en un video que envían desde Concepción, con niñxs a upa y pañuelos verdes que se anudan por duplicado, donde se inscriben los lemas: Aborto libre, seguro y gratuito #NoBastan3Causales. Y se suman las historiadoras de Valdivia que gritan “¡Aborto Legal Ya!”, para alentar la fiesta feminista.
En Italia hubo pañuelazo en Roma y Milán. Serena Fredda, de NiUnaMenos Roma, cuenta desde la capital italiana: “El movimiento feminista italiano siguió la campaña argentina con pañuelazos, encuentros y artículos. En mayo pasado, la ley italiana por el aborto legal cumplió cuarenta años desde su aprobación y salimos a la calle con pañuelos verdes, capas rojas y gorros blancos como las criadas de Margaret Atwood. Porque aunque aquí hay aborto legal, la objeción de conciencia es un impedimento a la autonomía de decidir. Tenemos el 70 por ciento de médicos objetores en estructuras sanitarias públicas y el acceso al aborto farmacológico es muy restringido. Para nosotras respaldar la lucha por el aborto legal en Argentina ha sido la oportunidad de poner de nuevo y con más fuerza en el debate público italiano la cuestión de la autodeterminación de las mujeres, el valor de nuestros cuerpos y nuestras vidas. La ola verde es una imagen de potencia feminista. Como el Paro Internacional de Mujeres, la campaña por el aborto legal ha conectado países y mujeres de todo el mundo. La lucha feminista es nuestro lugar de encuentro e intimidad más allá de idiomas y distancias. Es un espacio de creación común de algo diferente y fuerte, a partir de nuestros deseos, estilos de vida y prácticas de lucha. Es un espacio de posibilidad, es energía que circula en todo el mundo para todas”.
En México las mujeres de la primera escuela de formación feminista Rosa Luxemburgo formaron la colectiva Con Voz de Maíz, y cantaron juntas acompañadas de guitarra y ukelele, la canción “Reverdece la esperanza”. “Estamos todas en lucha, no vamos a regresar, es tiempo de despertar, Latinoamérica ¡escucha! Como ves ya somos muchas, nuestra voz hemos alzado, apenas hemos comenzado, morirá este patriarcado.”
También agitaron el grito de ¡Aborto Legal Ya!, las compañeras de origen aymara, que desde Bolivia inundaron con sus voces las calles: “Que esta lucha corra por todo el Abya Yala, por un aborto libre, sin clandestinidad, sin muertes, sin violaciones”. Jimena, desde Potosí, enfatiza: “En esta histórica lucha sabemos que la legalización del aborto y su despenalización es una condición mínima, básica, para el ejercicio de la autonomía de nuestros cuerpos”.
En Nueva York, el pañuelazo fue el lunes 6 de agosto y se llamó “scarfazo” siguiendo la palabra scarf (pañuelo en inglés). Susana Draper es uruguaya, docente universitaria y activista. Vive en Nueva York y desde allí contó: “Tres compañeras argentinas, Violeta Cánaves, Cecilia Gebruers y Mercedes D’Alessandro convocaron al scarfazo como modo de traducir el pañuelazo. Aquí también estamos con nuestros ojos y cuerpos puestos allá, mostrando solidaridad. Algo siempre impresionante de NYC es el carácter planetario de su composición; en ese mismo arco de Washington Square, el 19 de octubre de 2016, nos juntamos mujeres de todas partes a gritar Ni Una Menos, Vivas Nos Queremos, tras la muerte por empalamiento de Lucía Pérez. Cuando las compañeras argentinas convocaron al evento, movimos la info entre algunas redes de grupos de investigación feminista que tenemos con Silvia Federici. Fue muy bonito llegar a la plaza uniendo cuerpos para acabar con la hipocresía que aloja este tema. También unirnos desde la rabia de que sigan decidiendo por nosotras, por nuestras vidas, desde lugares de macropoder como si se tratase de una realidad ajena a sus vidas”.
Daniela está en Barcelona y forma parte del Movimiento Migrante del Feminismo Comunitario Antipatriarcal. Cuenta que participó del pañuelazo internacional “por nuestros cuerpos, nuestras memorias y nuestras luchas”. Desde Valencia, “donde radico y lucho”, Julia Castillo saluda con “abrazos y fuerza a las hermanas que luchan en Argentina para que el aborto sea ley”. “Desde Madrid acuerpamos a las hermanas argentinas y nos unimos para que el aborto sea ley. Si avanzan ellas avanzamos todas, unidas, libres y combativas”, se identifica Didí.
En Lima, diversos colectivos feministas también se convocaron en esta jornada de apoyo frente a la embajada argentina, y al mismo tiempo que realizaron el pañuelazo hicieron un piquete informativo. Jill Ruiz acompañó esa acción en la que repartieron volantes con información. “Respaldamos la interrupción voluntaria del embarazo y así propiciamos el diálogo con las personas que pasaban por el lugar”.
De nuevo, Iranztu Varela pone en relieve la solidaridad feminista para poder ser ciudadanas completas. “A ustedes las están mirando, y son ustedes las que están haciendo un trabajo brutal saliendo a las calles. Todas y de todas las edades. Es increíble que en el siglo veintiuno tengamos que estar peleando por poder decidir sobre nuestros cuerpos. Hay muchos debates abiertos en el feminismo de todo el mundo y muchas cosas que consensuar todavía, pero si hay un consenso internacional en la lucha feminista es el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Nuestros cuerpos no pueden ser un campo de batalla, ni una fábrica de mano de obra barata para el capitalismo. Tiene que haber aborto libre, legal, seguro, gratuito en el sistema de salud pública para todas las mujeres del mundo. Todas las mujeres feministas en el estado español estamos con ustedes, las admiramos por la fuerza que tienen y por cómo son capaces de enfrentarse a los poderes de la derecha, del fundamentalismo católico y de todos los que nos quieren sumisas y pariéndoles criaturas a las que explotar.”