La Secretaría de Derechos Humanos despidió ayer a la responsable técnico-administrativa y contable del organismo, Karina Núñez, luego de que se viralizara un video que la muestra en la fiesta de fin de año del sector bailando sobre un escritorio de una de las oficinas que la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural (SDH) ocupa en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, el ex centro clandestino de detención y exterminio que durante la última dictadura dirigió la Armada argentina. A través de un comunicado, la SDH informó que Núñez fue despedida por mantener un “comportamiento impropio”.
El organismo a cargo de Claudio Avruj comunicó el despido de la ex funcionaria ayer por la tarde, luego de que durante la jornada circulara por redes sociales un video filmado con teléfono celular que mostraba a empleados y directivos de la secretaría celebrando el fin de año en las oficinas de la ex Esma el pasado 28 de diciembre. A Núñez se la ve en varias imágenes bailando, meneando y festejando incluso sobre uno de los escritorios. A varios otros empleados también se los ve moviéndose al ritmo de la música y golpeando las mesas. Según el texto institucional que fue difundido a través de la cuenta de Facebook de la Secretaría, la ex funcionaria ya habría presentado su renuncia.
“El Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA) es un ámbito que, por su trágica y dolorosa historia debe ser motivo de reflexión y respeto por parte de toda la sociedad, y que en virtud de ello los funcionarios que se desempeñan en el mismo deben guardar, más que nadie, el debido decoro en el ejercicio de sus funciones”, sostuvo el organismo para justificar el despido.
Antes del comunicado oficial, la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos (AEDD) denunció que un responsable del área amenazó a empleados de la SDH para que dejaran de divulgar la filmación. “Si caigo yo, caen todos”, advirtió el organismo de derechos humanos que repudió la celebración al considerarlo “un nuevo ataque a la memoria y a la historia del pueblo argentino”.
“Una y otra vez hemos sostenido que los sitios de memoria deben dar cuenta no solamente de los horrores cometidos por la dictadura, sino también del proyecto económico y político por el que se llevó adelante el genocidio, los proyectos políticos que ese genocidio quiso destruir y los intereses económicos a los que ese genocidio benefició. Durante años hemos planteado que la ESMA, Centro Clandestino de Detención y Exterminio por el que pasaron más de 5000 compañeros, no podía ser utilizado para fiestas, asados y prácticas de murgas. Ese sitio sigue siendo el lugar donde desaparecieron a nuestros compañeros, y repudiamos cualquier intento de cambiar el sentido y significados de ese espacio”, concluyeron en un comunicado difundido ayer por la mañana. Según la AEED, “los funcionarios del gobierno que niega el genocidio, que pretende imponer una vez más la política de los dos demonios” bailan “alegres y borrachos” en el centro clandestino de detención.