“Con ironía diría que lo bueno de este primer año es que el Gobierno ya no puede disimular su decisión de gobernar para los sectores más poderosos económicamente”, dijo a PáginaI12 el diputado provincial Fernando “Chino” Navarro, mientras descansa en la playa de Las Gaviotas, cerca de Villa Gesell. El dirigente del Movimiento Evita reflexionó sobre la incipiente unidad del PJ bonaerense, dijo que hace falta “menos desconfianza” para “ir hacia un programa que se enfrente al ajuste” que aplica el macrismo y que al Frente Renovador “le hace falta un debate interno” para definir si son opositores o no.

–En el primer año de gobierno de la alianza Cambiemos, ¿qué vio de bueno y qué vio de malo?

–De bueno no encuentro nada. Con ironía diría que lo único bueno es que ya no puede disimular su decisión de gobernar para los sectores más poderosos económicamente. Todas las medidas que tomó son en contra de los más humildes, la voluntad que expresan es la de bajar el costo laboral, contra los jubilados, los pobres, la clase media. Parece que estudian con libros que atrasan, pasados de moda. Están gobernando para un mundo que ya no existe. Lamentablemente uno desearía encontrarle cosas buenas, sabiendo que estamos en las antípodas de su pensamiento, pero todas las medidas de gobierno son contra los intereses de la mayoría del pueblo argentino.

–El PJ bonaerense está trabajando para llegar unido a las elecciones legislativas. ¿En qué punto se encuentra después del congreso partidario?

–Es muy importante lo que pasó en el congreso del PJ. Aunque no deja de ser una decisión formal, está implícito que debemos aceptar que todos los que estuvimos en el congreso somos parte del mismo espacio aún con diferencias y disensos. Abrir el juego con tantos apoderados (antes eran dos, ahora son nueve) lo que quiere decir es que hay desconfianza o dudas respecto de cómo instrumentarla y que todo el mundo pueda presentarse a nivel local, seccional, provincial, etc. Si existiera la misma voluntad para conformar un debate político que construya un programa opositor a Macri, favorecería la instancia de la unidad. Creo que es lo más razonable luego de un proceso de doce años en el gobierno, donde a la cuestión del debate interno se priorizó la unidad frente a los grupos económicos, tanto en el gobierno de Néstor como en el de Cristina.

–¿El rol de oposición del PJ permite pasar de la defensa a la reflexión?

–Ahora que estamos en la oposición se puede generar un debate para llegar a una compulsa interna. Mostrar las propuestas de los distintos espacios políticos para después exponer las consiguientes candidaturas e ir a las PASO. Y finalmente una vez que los que participan ganan o pierden, ir todos juntos a la general para enfrentar la propuesta de ajuste de Macri.

–¿Cómo es la relación con el massismo? Hasta ahora no lo descartan como posible aliado...

–Nosotros hemos hablado frecuentemente con sectores del massismo por razones de afinidad o de necesidad política. Lo que nos diferencia es la posición ante el gobierno de Macri. Nosotros creemos que hay que conformar un frente claramente opositor. Me da la impresión de que el massismo está en un debate en el que no hay homogeneidad, porque hay quienes creen que hay que ser más colaboracionista o estar más cerca del Gobierno en torno a las decisiones económicas y otros no. Pero bueno, es un debate que se deben ellos, nosotros estamos priorizando desde el justicialismo para confluir en el PJ entendiendo que tiene que haber un frente plural, diverso, multicolor, donde tienen que estar los aliados históricos del peronismo. Para mi gusto, los massistas no tienen una política claramente opositora a Macri.

–¿El envío de fondos de la Nación a Buenos Aires es una reparación por la coparticipación o una estrategia electoral?

–Hay varios enfoques. Por un lado, Buenos Aires está postergada históricamente en la coparticipación nacional. Por otro, estamos apresados por una resolución de la reforma de la Constitución del 94 que establece que se requiere unanimidad para modificar la coparticipación, habría que buscar otro mecanismo. Porque hay muchas otras provincias que quieren rediscutir el tema, lo que implica discutir el rol de la Nación y la administración de los recursos que en los últimos tiempos se ha centralizado mucho. Tercero, a priori, que venga dinero a la provincia yo no lo veo mal, en la medida en que no perjudique a los otras provincias. Ahora, ¿cuál es la intención? Pareciera que es blindar a (la gobernadora María Eugenia) Vidal en función del año electoral. Creo que es muy claro que en la provincia mucho no ha cambiado más allá de la buena imagen de la gobernadora. Las prestaciones básicas empezando por la seguridad han empeorado.

–Recientemente un veto de Vidal logró unir al peronismo en la legislatura bonaerense por primera vez...

–Los vetos sorprenden, porque una cosa es que vos votes una ley y que el gobernador ejerza su derecho de vetar, que es una facultad que da la Constitución, y otra cosa es que acuerde un texto con la oposición, que lo voten todos y que después la gobernadora lo vete. La verdad es que no es un buen antecedente respecto de la convivencia política y el respeto a las instituciones. Es un golpe a la propia institucionalidad de la provincia.

–Hay un paralelismo con Macri y la ley de Blanqueo de capitales. ¿Se está transformando en una práctica común del oficialismo pasar sobre los acuerdos legislativos?

–Son casos parecidos, pero el de Macri es peor porque agrega un artículo (la posibilidad de que los familiares de los funcionarios se sumen al blanqueo). La verdad es que es una muestra de que te mienten descaradamente, que quienes vienen en nombre de la república y las instituciones no cumplen esos principios que invocan.


Test del veraneante

–¿Twitter, Facebook o Instagram?

–(Risas) No sé cómo funciona Instagram. El Facebook antes lo miraba más, ahora lo miro menos, así que Twitter. Pero la verdad es que estos días de vacaciones me desengancho bastante. Por ahora, el WhatsApp solo lo uso con familiares o amigos.

–¿Lectura en papel o e-book?

–Papel, sin dudar. No puedo leer en e-book, soy de otra generación. Los diarios medio me acostumbré al digital, pero igual compro el de papel.

–¿Está leyendo algo? 

–La Historia del siglo XX, de Eric Hobsbawm, y me está esperando Los tres kirchnerismos, de Matías Kulfas. Muy interesante.

–¿Hay algo que no pueda faltar en su bolso de viaje?

–Y... hoy uno es medio esclavo del teléfono. No va en el bolso, pero el celular tiene que estar a la mano siempre. Así como todavía no puedo prescindir del papel para leer, tampoco puedo prescindir del celular. No llamo a nadie, pero necesito tenerlo cerca.

–Un aperitivo... ¿Campari, Fernet o Vermouth?

–La verdad es que una buena cerveza helada, pero últimamente estoy tomando  jugo de limón. Cuando me invitan a cenar los compañeros compartimos un buen vinito o cerveza. Pero en el día a día gaseosa light o jugo de limón y un poco de menta.