“Tengo la teoría firme de que el rock argentino de los 70 fue tango y que no ingresó a las líneas del tango porque los tangueros eran unos jodidos”, dispara Julián Hermida. “Y lo siguen siendo”, agrega. El músico y director de orquesta se planta fuerte a defender su participación de esta noche en el Festival de Tango oficial de la Ciudad, donde presentará un homenaje a Seru Giran y los 40 años de la salida de su primer disco con piano, bandoneón y orquesta de cuerdas. La cita es hoy a las 20 en la Usina del Arte (las entradas, gratuitas, se retiran en el lugar desde dos horas antes del espectáculo). El recital servirá como anticipo de un disco que viene en camino (ya tiene, informalmente, un EP) y de una serie de videos (el primero se encuentra en YouTube) con los que el creador busca ampliar la llegada y “romper con la elite de consumo de los 10.000 tipos de siempre”.

Para Hermida, tango, parte del folklore y el rock argentino están unificados por un sustrato común. “Son músicas de Buenos Aires y hablan de cosas que pasan acá y en el Conurbano, tienen más que ver con nosotros que con lo que le pueda pasar a un tipo que vive, no sé, en La Rioja”, señala. “En 1940, ¿qué era el tango? Era la forma de expresarse musicalmente de los adolescentes que vivían en Buenos Aires. En 1978, el rock argentino era la forma en la que se expresaban los adolescentes porteños. Y el tango que se estaba haciendo entonces ya no los representaba, sino que era un capricho de un grupo que manejaba el establishment tanguero, como va a seguir pasando. Era un tango que no hablaba de lo que estaba pasando y entonces hubo otro tango, con necesidad de hablar, y los pibes no le dijeron tango, se dejaron el pelo largo y se colgaron la guitarra eléctrica, pero estaba pasando acá, y para mí eso fue tango”, plantea Hermida.

–¿Cómo surgió esto de homenajear a Seru Giran en el festival?

–Yo ya venía escribiendo cosas para otras músicas. Esto surgió de una charla con Juan Libertella en la que él me dijo “este año se cumplen 40 años del primer disco de Seru, me gustaría armar una bandita para salir a tocar”. Una excusa para ir a tocar temas de Seru a bares. Me quedó dando vueltas en la cabeza y lo llamé para pedirle permiso para usar su idea de otra forma, grabar un disco. Y él automáticamente me dijo que estaba buenísimo, puso el estudio y al final como la orquesta era muy grande tuvimos que ir a ION, pero lo mezclamos en su estudio.

–Ahora esto está en el festival. A algunos les sonará raro.

–Está buenísimo en serio. Y buenísimo por Gabriel (Soria, director artístico del Festival) a quien se lo comenté y le interesó. Está bueno que en un festival de tango haya un homenaje a Seru Giran. No sé si hace quince años nos hubiéramos imaginado que podía pasar o si se hubieran corrido de la estética de Grandes Valores del Tango. ¡Para mucha gente el tango fue eso! Entonces hay que empezar a mostrar más el tango para que crezca. Tiene que ver con esto del establishment: si te quiere mostrar de una manera, te dice que tal es “la” cantante de tango, cagaste. Es esa. Y pasaron cincuenta años de eso, ya no es tan nuevo como la gente supone. En el camino se escribieron centenares de tangos más. Pero el tango está mal difundido, mal contado. Por eso está bueno que suceda el FA CAFF y que se visibilice. Y por eso también está bueno que el festival, que es la versión oficial, porque está organizado por el gobierno en la ciudad del tango, en el país del tango, cuando revisás la programación además de un montón de artistas tradicionales también hay tango de ahora. Porque la gente que está afuera pispea la programación y esto sienta precedente. Además, me parece que esto hace justicia con Charly García, que para mí es un compositor de exportación que no se exportó.

–¿Qué es Seru Giran para usted?

–Los Beatles argentinos. Ni más ni menos. Está todo: la letra, la interpretación, el virtuosismo. Creo que no hay una banda que supere a Seru, porque en todos los frentes es perfecta. Y eso que yo soy fana de Soda, pero para mí Seru fue insuperable, incluso por el mismo Charly, pese a que sus trabajos solistas son increíbles.

–¿Cuál es su impacto hoy? ¿Qué líneas ve en el rock o en el tango?

–Lo veo en todos lados. Escuchás “Cinema verité” y todo el tango tocado de esa época para hoy suena así. Salvo el más ortodoxo y tocado a propósito con estilos antiguos, que es otro palo. Todo el tango grabado desde esa época para acá se parece más a Seru que a Troilo. Eso en el tango. Y en el rock, desde ya. Lo mismo que con el Flaco, que se parece al folklore como se toca hoy, y quizá no tanto al folklore que se hacía en el momento en que ellos tocaban eso. Con excepciones: ya existían Piazzolla, Mercedes, ya había gente más estilizada.