Mientras la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), advirtió que el “crecimiento actual de México no será suficiente para terminar con las enormes desigualdades" que atraviesan el país, miles de personas se manifestaron en la capital mexicana para pedir el "despertar" de la conciencia de los ciudadanos y convocaron a una gran movilización contra el alza de los precios de los combustibles (que oscilan entre el 14 y el 20 por ciento según el tipo de combustible) y contra el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Difundida en las redes sociales como una iniciativa extrapartidaria, la marcha se extendió por algo más de dos horas y media, hasta que los manifestantes llegaron al Zócalo, la plaza principal de la ciudad de México. A diferencia de otras marchas, esta no estuvo encabezada por una pancarta común, aunque alrededor del céntrico monumento conocido como Ángel de la Independencia se dispusieron grandes letreros en los que se leía "Gobierno ratero" y "Gobierno corrupto".
"Exigimos que el Gobierno federal dé marcha atrás con el aumento de las gasolinas", declaró un manifestante por uno de los altavoces que acompañaron el recorrido. La exhortación a la acción fue una constante en los carteles que portaron los manifestantes, en los que proliferaron consignas como "México despierta" o "Un pueblo que no lucha por su derecho es un derecho que no merece tenerlo".
Otros proponían medidas de rebelión ciudadana que incluían no pagar impuestos ni multas como señal de protesta. "Espero que este 'gasolinazo' termine con este régimen de mentiras, opacidad, violencia, porque ellos mismos generan la violencia. Espero que México despierte y que esto se acabe", afirmó a la agencia Efe durante la marcha el capitalino Roberto Hernández.
Sobre los violentos disturbios y protestas desencadenados por el anuncio del Gobierno sobre el precio de los combustibles -en los que ya han muerto seis personas-, Hernández opinó que infiltrar a personas que promuevan incidentes es una "estrategia del priismo", en alusión al gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), para "que las protestas se vean menguadas".
Los manifestantes, cuyas consignas más recurrentes fueron "¡Fuera Peña" y "No más miedo", también recordaron que en México "siguen faltando 43", en referencia a los estudiantes del sureño estado de Guerrero que desaparecieron en 2014.
En la convocatoria de la marcha, promovida en las últimas semanas en las redes sociales, se criticaba que enrique Peña Nieto "aseguró que la reforma energética traería combustibles más baratos y resultó al revés". "Protestemos todos, porque las familias mexicanas son las más perjudicadas con los aumentos de precios", rezaba el texto que invitaba al evento.
Mientras tanto, el presidente intenta frenar las protestas con un acuerdo entre el Estado y los empresarios para mantener el precio de la canasta básica, y justificó el aumento de los combustibles con el argumento de que "el mayor consumo de gasolina corresponde a las rentas más altas", y que si su gobierno no lo hubiera decidido se hubiera visto obligado a recortar los planes sociales.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), uno de las corporaciones más importantes del país, sin embargo, no se sumó al pacto y consideró que el documento presentado por Peña Nieto “es improvisado, incompleto e insuficiente y puede ser catalogado como una estrategia de marketing”. Tras el anuncio oficial, cientos de organizaciones sociales continuaron con las protestas, sobre todo en el estado de Chihuahua, donde productores agrícolas y campesinos tomaron las instalaciones de la Secretaría de Desarrollo Social de México (Sedesol), la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).