Ahmed Ahjam llegó a Uruguay en 2014 junto con otros seis ex detenidos de la prisión estadounidense de Guantánamo, y ayer cumplió con su “sueño” de tener un emprendimiento propio en su país de acogida.
“Ahmed Ahjam. Gastronomía árabe”, aparece reluciente en uno de los carteles que identifican la pequeña tienda de venta de comida árabe, principalmente dulces, que el sirio de 41 años inauguró en Montevideo con apoyo de la municipalidad local.
En pequeños pizarrones escritos a mano, se anuncian algunos de los productos que ofrece al público: baklavá, a base de pistacho y nueces; tahine, hecho a partir de sésamo, o sencillos bombones que responden a las costumbres locales.
Ahjam pretende hacer una nueva vida en Uruguay en base a esta iniciativa que comenzó de forma artesanal, vendiendo por Facebook, luego de su reclusión en Guantánamo y su llegada a Montevideo tras un acuerdo firmado entre los presidentes de Estados Unidos Barack Obama (2009-2017) y de Uruguay José Mujica (2010-2015).
“Estoy cumpliendo un sueño. Es muy importante en mi nueva vida. Agradezco mucho a los uruguayos que están cerca de mí. Voy a trabajar mucho”, dijo el hombre, que declinó responder preguntas de los periodistas presentes en el lugar.
Se convierte así en un caso de éxito de un proyecto de integración que tuvo muchos vaivenes y generó polémica en el país sudamericano, que recibió a los exdetenidos en el marco de un programa con apoyo económico provisorio que se iría reduciendo con el tiempo. Tuvieron dificultades para integrarse, o conseguir trabajo. Uno de ellos incluso dejó el país reiteradas veces hasta que logró irse definitivamente este año.
Pero Ahmed Ahjam más bien busca la opuesto: quedarse en el país que le dio la bienvenida luego de años de prisión. “Es muy simbólico que alguien, un refugiado, encuentre una alternativa para vivir, que encuentre un emprendimiento productivo. A todos hay que darle una oportunidad” sobre todo en una “tierra de inmigrantes” como Uruguay, opinó el intendente (alcalde) de Montevideo, Daniel Martínez, del izquierdista Frente Amplio, el partido de Mujica, presente en el evento de inauguración.
Ahjam trabajará en su tienda de venta al público, una sencilla “isla” con exhibidores que además servirá jugo y café en el Mercado Agrícola de Montevideo, un remozado espacio que fue sitio de venta de productos alimenticios al por mayor y hoy es un centro gastronómico y cultural, además de comercial.
El proyecto fue desarrollado a partir del apoyo de una incubadora dependiente de la intendencia, llamada Cedel.
La directora de una de las filiales de esa organización, Verónica de Gregorio, contó que el ciudadano sirio buscó apoyo para “desarrollar su emprendimiento” en 2016.
“El en Siria era joyero, son mercados y tiempos diferentes, y en ese querer vivir en Uruguay y desarrollarse acá y trabajar, piensa que la gastronomía de su país puede ser una salida laboral”, añadió.
“A partir de este proceso, se presenta en eventos y ferias, y un día nos plantea que tiene un sueño y que el sueño es instalar un espacio suyo” en el Mercado Agrícola de Montevideo, contó De Gregorio.
El proyecto surgió en 2017 y Ahmed Ahjam participó en todas las etapas del desarrollo. “No está (en el programa de apoyo) por ser un expreso de Guantánamo sino porque tiene un perfil emprendedor, y el proceso que ha venido cumpliendo hace que nos acerquemos a ayudarlo cada vez más”, resumió la responsable de la incubadora.