Italia, que tiene una política de puertos cerrados, exigió que el Reino Unido reciba a 141 refugiados rescatados por un barco humanitario en el Mediterráneo. Funcionarios de Italia y Malta se negaron a permitir que el Aquarius atracara en un muelle después de que recogiera a las personas de los acinados botes de madera que se encontraban a la deriva frente a la costa de Libia el viernes. Las organizaciones benéficas SOS Mediterranee y Médicos Sin Fronteras (MSF), que operan el buque de rescate, han hecho un llamado a los gobiernos europeos para que ofrezcan refugio a los que están a bordo. Sesenta y siete niños no acompañados se encuentran entre los migrantes, que en su mayoría son de Somalía y Eritrea. Algunos están “extremadamente débiles y desnutridos”, advirtió MSF.
El nuevo gobierno italiano ha cerrado los puertos del país a todos los botes humanitarios. El Aquarius ahora se encuentra en aguas internacionales entre Italia y Malta. “Puede ir donde quiere, no a Italia”, tuiteó el ministro de Interior de extrema derecha de Roma, Matteo Salvini. Sugirió Francia, Alemania, Gran Bretaña o Malta como destinos alternativos para el barco. El ministro de Transporte italiano, Danilo Toninelli, que supervisa los puertos y la guardia costera, dijo que Gran Bretaña debería recibir a los refugiados ya que el barco está registrado en Gibraltar. “En este punto, el Reino Unido debería asumir su responsabilidad de salvaguardar a los náufragos”, escribió en Twitter.
“Es de suma importancia es que los sobrevivientes sean llevados a un lugar seguro sin demora, donde puedan satisfacer sus necesidades básicas y donde puedan ser protegidos del abuso”, dijo Nick Romaniuk, coordinador de búsqueda y rescate de SOS Mediterranee. “Un rescate no está completo hasta que haya un desembarco en un lugar seguro”, insistió ante una Europa indiferente.