En Santa Fe, una militante feminista de 15 años fue interceptada a cien metros de la Catedral Metropolitana por dos varones también menores de edad que le cortaron la cara con una hoja de afeitar, le rasuraron media ceja izquierda “para que no pueda salir a la calle” y le robaron dos pañuelos que llevaba en la mochila, el verde por el derecho al aborto y otro de color naranja, que simboliza la separación de la Iglesia y el Estado. La agrupación Juntas y a la Izquierda de Santa Fe asoció el hecho –sucedido el sábado pasado– a la escalada de violencia que comenzó el martes de la semana pasada, durante el pañuelazo ante la Catedral, cuando un grupo antiderechos que responde al partido Bandera Vecinal atacó a las manifestantes. Esos agresores fueron identificados ante el Ministerio Público de la Acusación y la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia. Las activistas denunciaron que el hostigamiento siguió con intimidaciones telefónicas a la referente del espacio, Jimena Sosa, y ahora se sumó la celada a la adolescente a la que le tajearon el rostro por sus ideas y militancia. “Los ataques van a seguir si los patoteros no son castigados por la justicia”, dijo la agrupación, que reclamó al gobierno de Santa Fe que “garantice la tranquilidad y los derechos democráticos de todas las compañeras que quieren seguir manifestándose por el derecho al aborto. No vamos a parar hasta que se esclarezcan los hechos y se castigue a todos los culpables”.