El desgarrador reclamo de justicia de la abuela de una adolescente asesinada en barrio Alvear, retumbó ayer en la puerta de la Fiscalía de Homicidios, a un mes del crimen. Hasta allí llegaron también familiares de Raúl "Rauli" Moreyra, el joven que fue acribillado con Micaela Laila Pintos, de apenas 15 años, mientras circulaban en una moto. La fiscal Marisol Fabbro detuvo a un muchacho a tres días del hecho, pero antes de Año Nuevo lo liberó porque el principal testigo aseguró que no estaba entre los tiradores. Hay orden de captura para al menos uno de los sindicados. Además, Fabbro citó a personal policial por la desaparición del teléfono de una de las víctimas. "Quiero que los culpables estén adentro, no en la calle. Mi nieta era una niña. Esto no puede quedar como un ajuste de cuentas", sollozó Bernarda Mora, a quien todos conocen como Ucha en Villa Banana, donde tiene un comedor que entrega 450 raciones de comida, los viernes y sábados, en Lima al 2900.

El 10 de diciembre pasado, era de madrugada cuando la adolescente encontró la muerte, mientras iba sentada entre dos jóvenes en una moto. Al pasar por pasaje Chancay entre Cafferata e Iriondo, en la zona sudoeste de la ciudad, vieron a un grupo de personas con los que el conductor y el novio de Laila, Rauli, habían tenido problemas. El chofer del rodado le preguntó a Moreyra si ahí no estaba "Sarito". El muchacho de 25 años, que viajaba atrás de todo en la misma moto, le dijo que sí, pero que siguiera derecho. Enseguida, dos motos los alcanzaron desde atrás y se les pusieron a la par. Dos muchachos que viajaban como acompañantes desataron la balacera. Laila y Moreyra fueron alcanzados con heridas de muerte. Ella murió en el acto, y el apodado "Rauli" tuvo una sobrevida de pocas horas; mientras que el conductor alcanzó a huir.

El mencionado "Sarito" fue imputado y quedó detenido con prisión preventiva, sindicado como uno de los conductores de las motos desde las que partieron las balas. Sin embargo, a fines de diciembre se presentaron pruebas que lo señalan como parte del grupo reunido en la esquina, pero no como uno de los que iba en las motos. El presunto agresor está identificado como Eric A., apodado Erico, quien se encuentra prófugo.

"Yo quiero que la Fiscalía sepa que ellos deben hacer justicia. No avalo la justicia por mano propia, porque no somos asesinos como el tipo que mató a mi nieta. Yo ni siquiera sabía que ella estaba de novia con el muchacho de 25 años", dijo Bernarda, una mujer de 55 años que no sabe leer ni escribir. "La fiscal solo me muestra un montón de papeles y yo no entiendo nada. Quiero que me muestre qué hizo; ¿o está esperando que maten a otra chica para empezar a hacer algo? Solo pido que mi nieta descanse en paz. Porque se haga lo que se haga a ella no me la van a devolver". También reclamó: "Dicen que Sarito solo estaba en el grupo de la esquina; pero él tiene que hablar y decir qué pasó, quiénes fueron. El que está identificado se pasea en moto por barrio Alvear. Y nos dijeron que tiene otras muertes anteriores".

Guillermo Campana, abogado de la Asamblea por los Derechos de la Niñez y la Juventud, que acompañó a la familia a reunirse con la fiscal, agregó que "la persona que estaba imputada no tendría que ver con quienes iban en las motos y que dieron muerte a las víctimas. Según la fiscal, hay gente identificada y las están buscando. Son cuatro, porque iban dos en cada moto. Además faltan pericias balísticas. Para nosotros hay algo muy raro, porque desaparecieran los teléfonos celulares de las dos víctimas. No fue un robo. La policía llegó dos horas después al lugar y no se sabe si hubo una limpieza de la escena. El teléfono de Raúl Moreyra desapareció de adentro del móvil del Comando Radioeléctrico, porque él llegó a comunicarse con un familiar. Ahora, hay agentes citados", dijo.

Fabbro, en tanto, aclaró que "el testigo presencial no vinculó a Sarito directamente con el grupo de los que iban en moto; pero sí dijo que había un encono entre Sarito y Moreyra", novio de Laila. Y aseguró: "Hay órdenes de captura. Si los vecinos o familiares los ven en el barrio deben llamar al 911; pero hay orden de detención".