- Emilio Del Guercio: “Hace poco más de tres años, estaba en plena producción del segundo ciclo de Como hice, y recibí en la productora un llamado telefónico desde Madrid. Gustavo Gregorio me contaba de su idea de versionar en formato sinfónico varias de las canciones más emblemáticas de nuestros primeros años del rock argentino. Escuchaba su voz entusiasmada por la bocinita del teléfono de línea explicándome el proyecto, mientras pasaban en mi cabeza las imágenes de un Gustavo casi niño en la puerta de la calle Arribeños, donde ensayábamos con Almendra aquellas maratónicas y laboriosas jornadas de los primeros temas que grabamos. Gustavo estuvo ahí. Me alegra ver a través de los años su empeño y crecimiento para convertirse en un excelente músico y arreglador. En uno de sus viajes a Buenos Aires, escuché las primeras maquetas con los arreglos orquestales de los que me había hablado y me sorprendió ese sonido original con aire de film scoring tan sugestivo, tan narrador. Así fue que le dije que sí, que iba a participar. Después de meses, llamados y mails, al fin llegó el día. Gustavo trajo las pistas que había grabado poco antes con la Sinfónica de Kiev. Y en un hermoso estudio de Nuñez grabé la versión de ‘Violencia en el parque’, nuestra canción más conocida de Aquelarre. Fue una hermosa experiencia cantar en ese entorno de belleza musical, tan original. Salí del estudio. Era de noche y mientras caminaba, sentía aún la vibración de mi voz navegando entre violines, cellos, metales y percusiones: esa canción que hice con la guitarra en el jardín de la casa de Ramos pasaba a vivir en estado sinfónico.”
- Kubero Díaz: “A Gregorio lo conocí en los 70. Era un flaco alto, de larga cabellera negra, que nos había caído muy simpático. Por lo tanto, era bien recibido en casa de Cantilo, donde había una sala acuatizada. En esa época, había muy pocas salas de ensayo y los amigos músicos pasaban por ahí; Gustavo siempre venia a tomar unos mates, mientras nos mostraba sus temas, que eran muy frescos e interesantes. Después supe que estudió en Berklee y que se radico en Japón. Ahora vive en Madrid, es un gran orquestador y este disco lo testifica. Lo visité cuando fui a España y seguimos en contacto. Un día recibí un llamado de Madrid, en el que me invitaba a participar en este disco que estaba preparando para homenajear al rock argentino, y he tenido el honor de ser elegido con un tema que yo quiero mucho: ‘Una manera de llegar’, que compuse con Cantilo, y grabé en mi disco con La Pesada, y antes en el disco Miguel Cantilo y Grupo sur, con los músicos de la Cofradía. Ahora, me emociono al escuchar este tema nacido en mis andadas de hippie, allá por el año ‘73 en Arembepe, Bahía, y que haya llegado al corazón de esta maravillosa sinfónica. Es un regalo del cielo y, más aún, porque mi viola suena también en ‘¿Nunca te miro una vaca de frente?’, de Miguel Abuelo”.
- Luciano Napolitano: “Fue una experiencia muy buena y grabar por primera vez con una orquesta sinfónica más aún. En este momento, en el que ya pasé por el proceso del duelo por mi viejo, puedo estar más lúcido al momento de la aparición de nuevas propuestas de aprendizaje. Puedo apreciar todas las cosas lejos del dolor de perderlo. O sea que ahora, cada vez que toco la guitarra, lo hago sin dolor.”
Napolitano, Del Guercio y Díaz
Del lado del rock
Este artículo fue publicado originalmente el día 11 de enero de 2017