Los Globos de Oro siguen dando que hablar en el mundo entero. No tanto por las polémicas que siempre giran en torno de ganadores y vencidos, sino más bien por el crítico y aplaudido discurso anti xenófobo de Meryl Streep, en el que recordó un episodio en el que el presidente electo de Estados Unidos se mofó de un periodista discapacitado de The New York Times. A la mañana siguiente a la ceremonia, a través de Twitter, Donald Trump la calificó de “actriz sobrevalorada” y de “lacaya” de Hillary Clinton. La disputa discursiva encontró rápidamente eco entre diversas estrellas de Hollywood, quienes salieron a defender la capacidad actoral de Streep y a respaldar sus dichos sobre Trump, donde salvo excepciones –Clint Eastwood y Mel Gibson– no es bienvenido.
Históricamente, la comunidad hollywoodense no es afecta a las consignas políticas del Partido Republicano. Mucho menos lo es de Trump, figura que generó rápidamente el rechazo manifiesto del jet set estadounidense a partir de su incontinencia verbal. De hecho, desde que anunció su candidatura a la Casa Blanca, el mundo del cine y el de la música se volcaron a criticar a Trump, a cuyo equipo le está resultando difícil contratar a artistas para su toma de posesión. “Jajajajaja, un agente me acaba de preguntar si me plantearía una sesión para la fiesta inaugural de #trump... Jajajajaja, espere, jajajaja, ¿en serio?”, escribía en la noche del lunes DJ Moby en Instagram. Y se ofreció a pensarlo si, a cambio, Trump publicaba su declaración fiscal.
“¿No se supone que usted debería estar gobernando el país?”, ironizó George Clooney durante la presentación de un documental sobre Siria. Las palabras del actor de Los descendientes fueron una clara referencia al tuit de Trump, que calificó a la ganadora de tres Oscar como una de las actrices “más sobrevaloradas” de Hollywood. Mas tarde, Clooney fue más allá y declaró –por si hiciera falta– que no votó ni apoyó a Trump y tampoco considera que sea “la elección correcta”. En su opinión, sólo queda esperar “que no lo destruya todo”. Y aunque desearía que Trump fuera capaz de llevar a cabo “una labor decente”, no ve “señales de ello”.
También los presentadores de los programas de madrugada de la televisión estadounidense, conocidos como late night, defendieron la actuación de Streep. “Mírela, señor Trump. Usted puede negarse a publicar su declaración de la renta. Puede exigir la prohibición de una religión. Puede meterse con un dictador. Pero, ¿llamar sobrevalorada a Meryl Streep?¡No! ¡Eso es ir demasiado lejos!”, dijo Stephen Colbert, del Late Show. En el mismo programa, el actor Seth Meyers comentó que Streep es tan buena que la gente utiliza su apellido para alabar a profesionales de otros sectores. “Por ejemplo, LeBron James es la Meryl Streep del baloncesto. O Donald Trump es la Meryl Streep de quienes son incapaces de lidiar con las críticas”, subrayó el actor de Saturday night live. El actor Ben Affleck tampoco quiso ser indiferente a la polémica. Invitado al late night Jimmy Kimmel Live, el ganador del Oscar por Argo, dijo que si hay algo en el mundo que no es cierto, es que Streep esté sobrevalorada. “Es como si dijeran de Gandhi que fue un líder terrible”, comparó, entre risas. El presentador de Carpool Karaoke, James Corden, también utilizó la ironía para responderle a Trump: señaló que el título de “actriz más sobrevalorada de Hollywood” es el único que Streep no ha ganado todavía.
Hay quienes, además, fueron más allá de la defensa de la actriz de La dama de hierro y Florence. Uno de ellos fue el escritor Aaron Gillies, conocido en Twitter como @TechnicallyRon, que en la red social propuso una estrategia conjunta para que los famosos critiquen permanentemente al multimillonario magnate en los próximos cuatro años. Así, afirmó, “estará demasiado ocupado despotricando en Twitter como para matarnos a todos”. Una idea que tuvo el visto bueno de la creadora del universo Harry Potter, J.K. Rowling. “Cuando un placer se convierte en deber”, comentó retuiteando el post de Gillies.