Atlético de Madrid venció ayer 4-2 al Real Madrid y celebró su primer título de la temporada conquistando la Supercopa de Europa en Tallin, Estonia. El partido terminó 2-2 en tiempo reglamentario tras un doblete de Diego Costa (50' y 78') para los rojiblancos y tantos de Benzema (26') y Sergio Ramos de penal (62') para los madridistas. Sin embargo, la contundencia del Atlético en la prórroga le dio el trofeo con tantos de Saúl Ñíguez (98') y de Koke Resurrección (103'). De esta forma, el equipo que dirige Diego Simeone mantiene su registro perfecto en la Supercopa de Europa al lograr su tercer título en tres finales, tras las de 2010 y 2012.
Los rojiblancos consiguieron romper la maldición ante su vecino y eterno rival en las competiciones europeas en una final trepidante que, como en anteriores ocasiones, precisó más de 90' para resolver al ganador. Por el contrario, fue un amargo estreno para el español Julen Lopetegui al frente del Real Madrid: los blancos no perdían una final internacional desde el año 2000, cuando Boca los superó en la Copa Intercontinental. Es el fin de una racha triunfal de trece finales internacionales consecutivas.
No se habían terminado de sentar todos los espectadores en el estadio Le Coq cuando Costa le ganó, a los 53 segundos, la posición a Ramos, evitó a Varane y cruzó la pelota desde una posición difícil, casi sin ángulo, para batir al arquero Keylor Navas.
Con el correr de los minutos, los dirigidos por Lopetegui lograron despertar del shock inicial y comenzaron a incidir por las bandas. Así llegó la primera gran ocasión de empatar de los madridistas, tras un centro de Marcelo que no pudieron aprovechar Ansensio ni Benzema, que sí se desquitaría en su siguiente intento, empatando el duelo en otra acción que nació desde un costado, tras un centro de Bale.
La segunda parte comenzó igualada y sin apenas ocasiones de peligro, por lo que tanto Simeone como Lopetegui no tardaron en mover piezas: ingresaron Angel Correa y el croata Luka Modric.
Justo después llegó la acción con la que el Real Madrid se adelantó en el marcador. Juanfran Torres tocó la pelota con la mano y el árbitro polaco Szymon Marciniak no dudó en señalar el penal que Sergio Ramos convirtió engañando a Oblak con su remate.
La seguridad con la que el equipo blanco intentó proteger el resultado se terminó cuando una grave pérdida de Marcelo, tratando de salvar una pelota en la banda terminó en el segundo gol de Costa, asistido por Correa. Simeone, que siguió el partido desde un palco por seguir suspendido desde las semifinales de la Liga Europa, lo celebró con rabia.
El miedo en ambos conjuntos a recibir un tercer tanto tan cerca del
final llevó inevitablemente el partido a la prórroga, algo que Marcelo pudo evitar con un intento fallido de volea cuando se cerraba el partido.
Real Madrid comenzó el tiempo extra acosando el área rojiblanca pero tras otra distracción defensiva volvió a quedar abajo en el marcador. No logró despejar una pelota peligrosa y eso lo aprovechó Thomas Partey para robarla y levantar un centro a Saúl, que anotó el 3-2 con un espectacular remate de volea. Con los blancos aturdidos por el tanto, el Atlético aprovechó para sentenciar la final. Koke hizo bueno un pase interior de Vitolo y batió a Navas con un disparo cruzado.