Durante la tarde noche de ayer los hogares y comercios sin servicio eléctrico en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense ascendían a 33 mil. La cantidad de usuarios representaba una fracción de los más de 200 mil afectados en la jornada del lunes ante la incapacidad de las empresas a cargo de la concesión para hacer frente a la combinación de elevadas temperaturas y la tormenta en la que cayeron 108 milímetros de agua en menos de 40 minutos. 

El área donde se desempeña la firma Edesur mostraba ayer 17.157 usuarios sin servicio mientras que en la jornada anterior los reportes marcaban 138.862 afectados. En el caso de Edenor, la cantidad de hogares y comercios alcanzados por los cortes llegaba a 15.840 después de haberse reportados interrupciones para 113.935 usuarios. Las cifras del martes para ambas empresas mostraron un paulatino reestablecimiento del servicio aunque, hacia la tarde cuando se elevaron las temperaturas, el sitio del Ente Nacional Regulador de la Electricidad comenzó a mostrar un nuevo aumento en las interrupciones. 

“Llegamos a un contexto de tormenta con 108 milímetros en menos de cuarenta minutos y ráfagas de viento de más de cien kilómetros por hora. En provincia todos los tendidos eléctricos son aéreos y la caída de árboles y ramas comprometió los cables. Lo bueno es que duró poco y pudimos salir rápido a recomponerlos”, aseguraron voceros de Edenor. En la empresa consideran que los cortes de este lunes no tuvieron que ver con las altas temperaturas: “Es el segundo año consecutivo que no tenemos corte asociados a olas de calor”, afirmaron ayer. 

A lo largo  del primer año de Cambiemos en la Casa Rosada, la política energética estuvo focalizada en mejorar la rentabilidad de las empresas y reducir los subsidios a través de los aumentos en las tarifas y la condonación de deudas de las distribuidoras. En paralelo a esas transformaciones regulatorias y financieras, se paralizaron obras de corto plazo por 2310 megawatts (MW), que podrían haberse finalizado en diciembre, y el inicio de las construcciones de centrales hidroeléctricas y nucleares que aportarían otros 5277 MW en el mediano y largo plazo. Todas esas obras de generación de energía eléctrica contaban con financiamiento por 30.584 millones de dólares, de los cuales 27.744 millones estaban acordados con China y Rusia.