“El feminismo me salvó”, “Con el feminismo entendí que lo personal es político”, “Arriba el feminismo que va a vencer”, “Abajo el patriarcado, se va a caer”, frases que dan cuenta del protagonismo que tiene el feminismo en la vida cotidiana de las jóvenas, en las casas, en la escuela y en la calle. Un movimiento político, revolucionario y deseante, cuyas construcciones son horizontales y colectivas. Y también cotidianas, porque en el tren, en el supermercado o en la feria se habla de que el piropo es acoso, se dice que No es No, se designan palabras para nombrar lo que antes se callaba y se establecen definiciones que enmarcan otro mundo posible. Porque de eso trata. La fuerza de la marea feminista está en movimiento. Los Encuentros Nacionales de Mujeres –únicos en el mundo–, las marchas de Ni Una Menos –cada 3 de junio el grito es más poderoso–, los paros internacionales de mujeres los 8M –gestados en Argentina y replicados en cientos de ciudades–, y las comisiones de género en los centros de estudiantes secundarios, nuclean cada vez más adolescentes que militan el feminismo y se plantan frente a lo que no quieren. Las hijas feministas se suman a las generaciones de abuelas y madres porque como dijo Ofelia Fernández en su exposición ante diputados y diputadas días antes del 13 de junio “decidimos conquistar nuestra libertad”. Por eso, la usina de expresiones crece y ofrece materiales de todo tipo para que lxs jóvenxs puedan continuar abriendo caminos. En esa dirección, nació Caja de Herramientas, la serie web de televisión “para producir más y mejor feminismo” creada por Cynthia Castoriano, con guiones de Charo López, Bimbo Godoy y Julián Troksberg, y la dirección de Gabriel Reches. Se trata de una coproducción de la Universidad Nacional de José C. Paz y la Universidad Nacional de General Sarmiento, que cuenta con treinta y dos capítulos de seis minutos de duración cada uno. Caja de Herramientas propone recursos para la divulgación de un feminismo actual, que junto con ficciones humorísticas, enfocan temas que están sobre el tapete y son parte de las conversaciones que discurren entre las pibas mientras preparan trabajos prácticos o se visten para ir a bailar. Micromachismos, sororidad, noviazgos violentos, cuerpos, amor, cuidado, binarismo, autodefensa, activismos, tecnoviolencia y las desigualdades en todas sus formas. Así, el ciclo, arriesga preguntas puntuales y ofrece respuestas claras. El personaje de Dora encarna una especie de curandera feminista que puede conectarse con el más allá. Pero Dora no le hace preguntas a cualquier copa sino a la copa menstrual. Como una médium, le responde a la madre preocupada porque tiene una hija feminista: “Lo que las mujeres buscan no es tener el poder sobre los hombres sino sobre ellas mismas”, dispara. El segmento Mundo Ratón “es una combinación de la familia tipo argentina con los Simpson”, dice Cynthia, donde se presentan distintas situaciones cotidianas como los mecanismos de desigualdad a la hora de comer, es decir, la división sexual en las tareas domésticas. “Necesito ayuda” –grita desde la cocina mamá ratona– pero quien se levanta es hija ratoncita, ambas “camareras personalizadas” que aguantan los chistes machistas que las denigran prácticamente sin opción a defenderse porque claro... “es un chiste”.
Desde España, la periodista y militante feminista Irantzu Varela presenta El Tornillo, el microespacio feminista de La Tuerka en el que habla, por ejemplo de mujeres machistas, machismo invisible, mansplaining o androcentrismo con definiciones que parecen irónicas pero son reales como que “ser hombre es lo normal y ser mujer algo excéntrico”. Cada micro propone lo que hay que cambiar y termina con una cita. Para muestra bastan dos. La de Adrianne Rich que dice “Objetividad es el nombre que se le da en la sociedad patriarcal a la subjetividad masculina” y la de Barbijaputa, que dice que “La lucha feminista no es solo pelear y revolverse contra el patriarcado, también es aliarse con las demás para conseguirlo”.
Caja de Herramientas y El Tornillo se pueden ver en YouTube.