Pily dice el nombre de la canción: Ella te ama.

Y agrega, con tanta alegría como no puede caber en voz humana, “yeah yeah yeah”.

Destellos preciosos.

 

Lo que antena capta yo lo asumo.

Yo, a transistores, soy la diferencia entre pesos específicos iguales.

Un decodificador de segundo grado feliz de reproducir la voz de Pily Ponce.

En El Expreso de la Noche escuché por primera vez a Janis Joplin, a Rita Lee, a Elis Regina, al Nebbia de La ventana sin cancel. Y un reportaje a Charly García y Oscar Moro.

Pily, Poli y el Rock de la calle.

García Cafarena escribía poesía en La Capital. Y la vehemencia de Evaristo Monti encendía la excitación de nuestras madres.

Evaristo era la verdad y Quique Dapiaggi el humor.

 

Terminaba El expreso y Experiencias, en Mitre, con Graciela Mancuso, empezaba. Pero eso es otra ciudad.

Pily, sos mi amiga desde aquella adolescencia en un pueblo a la vera de la provincia de Santa Fé mientras fui alumno de un colegio nacional de comercio que impedía, ya muy avanzado octubre, que llevásemos arremangadas las mangas de nuestras camisas.

 

No vayas donde todos si no hay una razón…

 

Si por Radio Dos los domingos al mediodía, al encender el carbón para el asado, Pily anuncia a Creedence, la épica se desata.

La esencia que me conforma se aparea sobre el incipiente flamear. 

El mí ardido de yo junto al mí de cada chispa se infunden mutua atracción.

De las brasas mana un vibrar tan pulsional como el aguijón de guitarra que da en el centro de la sensibilidad.

Belleza eléctrica.

Interferencia de conjuros.

Fuego en la amplitud modulada.

 

pd.

 

Pily y Poli, y The Jackson 5 con la mamá de Jimmy, bailan Gloria Gaynor y The Kinks.

Pily Turner, la hermana menor de Tina.

Pily Cadenet.

Pily Popotitos.

Pily en la radio con diamantes.