Desde Resistencia
Los lapachos comienzan a florecer en Resistencia y la ciudad regala una postal poética, con sus mojones de rosa esparcidos por las calles. También de poesía, entre otras cosas, se cargó el Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, que desde hace ya 23 años organiza en esta ciudad la Fundación Mempo Giardinelli. La de ayer fue una intensa jornada inaugural cargada de conceptos, reivindicaciones a la literatura y su poder, debates con los asistentes como el generado alrededor del lenguaje inclusivo, y hasta un verdadero stand up literario, el que protagonizó el escritor mexicano Benito Taibo.
El gran salón del Centro de Convenciones de la capital chaqueña lució lleno con cerca de dos mil asistentes, en su gran mayoría docentes o futuros docentes, bibliotecarios y demás mediadores de lectura. Lo cual, de por sí, resultó toda otra postal poética: la que puede ofrecer semejante cantidad de gente reunida alrededor de los libros, de la lectura y de su fomento. Durante las palabras de bienvenida, sin embargo, el anfitrión Giardinelli mencionó que esa cantidad de gente, aun siendo muy grande, es menor que el año pasado, cuando la asistencia superó las tres mil personas. “Sabemos, porque nos ha llegado una innumerable cantidad de mensajes que nos apenan, que hay mucha gente del interior profundo del Chaco, o de otras provincias, que hubiera querido venir pero este año no pudo, por cuestiones económicas. Eso antes no pasaba, y es un dato concreto de la realidad”, evaluó.
“Trabajar por el fomento del libro y la lectura es trabajar para construir un pueblo lector”, definió el escritor, quien desde su fundación, junto a Natalia Porta López y un entusiasta grupo de voluntarios trabaja todo el año en actividades vinculadas al fomento de la lectura en esta ciudad. “Cada año que inauguramos este foro sentimos que todo es muy, muy dificil, pero vale la pena. La Argentina flamígera que hoy vivimos, adolorida sobre todo por la pauperización de la mitad de su población, y la permanente emergencia social, a nosotros no nos vence”, arengó, y enumeró parte de lo que “ya no está”: el Plan Nacional de Lectura, la entrega de millones de libros literarios a las escuelas públicas, o el desguace de la misma educación pública. “Cuando los corruptos denuncian corrupción, cuando la realidad nos llena de engaños y falsificaciones, dar de leer es el mejor modo de construir ciudadanía”, definió Giardinelli. “Solo los que leen pueden enfrentar a la ignorancia, cuando los ignorantes nos gobiernan”, aseguró.
La primera jornada tuvo la conferencia de apertura a cargo de Guillermo Martínez, quien habló sobre “Series lógicas y crímenes en serie”. Conceptos como el de polinomio –palabra que muchos no escuchaban desde la secundaria– adquirieron sentido literario con la exposición del autor de Crímenes imperceptibles, en una exposición que abrevó en Borges y en la paradoja de Wittgenstein, en Sherlock Holmes y en el lógico Willard Quine. Entre la matemática y el género policial, el escritor demostró cómo toda serie lógica, también la de la sintaxis, es insuficiente para fijar sentido e interpretación.
El gobernador de la provincia, Domingo Peppo, estuvo presente en la apertura del foro. No así el escritor nicaraguense Sergio Ramírez, quien también iba a estar a cargo de la apertura, pero no pudo viajar a causa de la grave situación social y política que atraviesa su país. “Vivimos jornadas históricas en Nicaragua y las circunstancias me han impedido salir. Tuvimos más de cien días de represión, más de cuatrocientos muertos, sobre todo jóvenes. El país se encuentra en manos de paramilitares, y cada vez se parece más a la dictadura que con tanto fervor derrotamos en 1979. Hoy siento que mi obligación es quedarme aquí, a los jóvenes que hoy resisten”, alertó, desde un video que envió lamentando no poder estar presente en el foro.
Los escritores Sylvia Iparraguirre, Laura Escudero, Julián López y el boliviano radicado en Chile Yuri Soria-Galvarro protagonizaron la primera de las mesas: “¿Qué me vana a hablar de amor?”, y cada uno estableció distintas relaciones posibles entre lecturas y huellas afectivas. Sylvia Iparraguirre recurrió a su libro La vida invisible, en el que, justamente, repasa esa relación en su historia personal como lectora. Hablando de amor y de lectura allí apareció, por supuesto, Abelardo Castillo, y una historia que nació en la carrera de Letras y se extendió por 43 años.
“A veces nos olvidamos, nos alejamos de la poesía, la pensamos distante y sofisticada, pero todos venimos de un acto de creación, de un principio amoroso, inaugural, poético”, expresó, a su turno, la cordobesa Laura Escudero. “La poesía ocupa con naturalidad el espacio de la infancia, si no pretendemos domesticar niñitos razonables y útiles a nuestras necesidades, dijo también, e invitó “a dejarse trabajar por lo poético que necesita detenimiento, espera de uno mismo para conectar de ese otro modo, amoroso, con los otros. A olvidar por un rato la tiranía de la razón y su fascinación por lo evidente y la acumulación superflua de palabras”. Soria-Galvarro habló de la realidad de la lectura en chile, en base a estadísticas publicadas por el Ministerio de Culturas de ese país y mencionó el hecho de que los libros en su país no tienen precio fijo y son gravados con un impuesto a los libros es de un 19%, igual que cualquier artículo de consumo.
El foro se extiende hasta el sábado y entre los próximos oradores están Claudia Piñeiro, Marcelo Figueras, Sergio Aguirre, Ruth Kaufman, María Pia López, los uruguayos Mercedes Calvo y Mario Delgado Alparaín, el brasileño Eric Nepomuceno y el ilustrador Bianki, entre otros. Hugo Soriani estará representando a PáginaI12 en una mesa sobre lectura y medios. También continuarán, por las mañanas, las decenas de talleres y encuentros con escritores, en Resistencia y en poblaciones aledañas. Allí, con su estilo que logra establecer una inmediata conexión (lo suyo es un verdadero stad up literario, suelto y gracioso, que les habla a los chicos en su idioma, respeta sus observaciones, valora sus preguntas), Benito Taibo soltó algunas definiciones importantes. “Todos los libros son de autoayuda. Menos los que dicen autoayuda en su portada”, les explicó. Y citando a García Lorca, concluyó: “Yo escribo para que me quieran”.