Un año después de la “fuga” de Neymar, la Liga española también se quedó sin Cristiano Ronaldo y con Lionel Messi como única megaestrella a la espera de un nuevo futbolista que le pueda hacer sombra. ¿Será Antoine Griezmann? ¿O quizá Gareth Bale? “Me preocupa su partida. Siempre he dicho que es un estandarte de LaLiga”, declaró recientemente Javier Tebas, el presidente de la patronal de clubes españoles, consciente de todo lo que representa la marcha de un astro como Cristiano Ronaldo. No sólo debilitó la Liga, sino que su llegada a la Juventus reforzó un Calcio que comienza a recuperar terreno perdido.
Dado que los clubes españoles decidieron volver a apostar por un perfil relativamente bajo –la máxima inversión fueron los 70 millones de euros que el Atlético pagó por Thomas Lemar–, Messi es actualmente el gran estandarte comercial de LaLiga. Y tiene 31 años.
El Real Madrid no quiso gastar los 112 millones de euros que dejó Cristiano Ronaldo en ningún delantero. Los cerca de 50 goles que el portugués aseguraba por temporada los tendrá que buscar en lo que ya tiene, en que jugadores de su plantel den un paso adelante. En este sentido, todas las miradas van dirigidas a Bale, un jugador que a final de la pasada temporada reclamó protagonismo bajo amenaza de irse. Ya lo tiene. El resto debe correr de su cuenta.
Sobre el galés existen pocas dudas de su calidad. De hecho, dio el último título de la Liga de Campeones al Real Madrid con una portentosa actuación en apenas media hora que incluyó dos goles, entre ellos uno espectacular de chilena. Los interrogantes que existen son principalmente dos: su capacidad de liderazgo y, sobre todo, si desmentirá su fama de jugador de cristal, de futbolista propenso a las lesiones. Si consigue resolver ambas incógnitas, lo tiene todo para reclamar el papel de megaestrella que se prometió cuando llegó al Real Madrid hace cinco años.
“Estoy convencido que Bale va a hacer un magnífico año. Estamos seguros de que nos va a dar su mejor versión”, razonó Julen Lopetegui, el nuevo entrenador del equipo blanco.
En la misma ciudad, aunque en un club diferente, juega Griezmann. Vivió un gran año –le dio el título de la Liga Europa al Atlético y ayudó decisivamente a Francia a ganar el Mundial– y el club rojiblanco elevó su sueldo a la categoría de supercrack. Ganará más de 20 millones de euros anuales, a la altura de los mejores del planeta. La cuestión pendiente es si el Atlético está en disposición de “hacer mejor” al futbolista. Porque al final son los títulos colectivos los que elevan a un jugador a la categoría de megaestrella.
Desde luego, el Atlético hizo un enorme esfuerzo económico con fichajes como los de Lemar, Rodri, Antonio Adán, Gelson Martins o Nikola Kalinic. Además, consiguió que se quedaran Jan Oblak o el propio Griezmann. En definitiva: aborda el proyecto más ambicioso de toda su historia, algo que debe ayudar al francés a dar el salto. También contribuiría, y de qué manera, ganar el Balón de Oro o el FIFA Best. Actualmente es el máximo aspirante junto al madridista Luka Modric. Y ambos juegan en la Liga española, una tabla de salvación para el torneo.
“En el club hicieron muchos esfuerzos. Con el entrenador que tenemos (Diego Simeone) estamos seguros de que esto va a funcionar. Tenemos confianza y con el trabajo que hacemos del día a día podemos aspirar a muchas cosas”, relató Griezmann en pretemporada.