Un trabajo científico realizado a lo largo de dos años en el país muestra que un mayor consumo de mate se asocia con una reducción de la aparición de diabetes tipo 2, una patología crónica que afecta aproximadamente a uno de cada diez adultos en Argentina.
El estudio epidemiológico observacional fue realizado a más de 2500 personas por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) a través de su Centro de Excelencia en Salud Cardiovascular para América del Sur (Cescas) junto al Conicet y al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
El trabajo, en el que participaron 2615 hombres y mujeres de entre 35 y 74 años, concluyó que un mayor consumo de mate cebado se asocia con una menor incidencia de la enfermedad al cabo de dos años. Los participantes del estudio, que no tenían diabetes, se hicieron estudios médicos de laboratorio y además respondieron una encuesta de hábitos alimentarios. El 73 por ciento de los encuestados informó consumir mate cebado todos los días, mientras que menos del 15 por ciento informó que lo bebía diariamente como mate cocido.
Se observó que quienes tomaban más de 550 ml. de mate al día presentaban un menor riesgo de desarrollar diabetes en comparación con quienes no consumían mate o tenían un consumo menor a 100 ml. “Consumir diariamente más de 550 ml. de mate cebado se asoció con menor riesgo relativo de desarrollar diabetes a los 24 meses, en comparación con quienes no toman o toman muy poco”, explicó la licenciada Natalia Elorriaga, investigadora del IECS y del Conicet. “Es un resultado alentador, porque va en línea con estudios previos y permite generar hipótesis para seguir estudiando en el futuro”, indicó Elorriaga, que también es magister en Efectividad Clínica y doctora de la Facultad de Medicina de la UBA.
Además, Elorriaga advirtió que “éste es un estudio observacional. Para que se demuestre que tomar mate es la causa de la reducción de la incidencia de diabetes se requiere otro tipo de estudios, como un ensayo clínico: en el que puede estudiarse si se desarrolla o no la enfermedad en dos grupos (uno al que se le indica tomar cierta cantidad mate versus otro que se le indica no tomarlo o tomar otra bebida)”.
De acuerdo con la especialista, los estudios todavía no son suficientes como para indicar un consumo más allá del moderado, un cambio de conducta alimentaria o que se recomiende el consumo de mate en, por ejemplo, pacientes con prediabetes.
Todos los resultados del estudio se presentaron ayer en las “V Jornadas de Yerba Mate y Salud” que se realizaron en la provincia de Mendoza.
Desde hace varios años se estudian las propiedades fitoterapéuticas de la infusión de yerba mate, parte de la tradición gastronómica de muchos grupos humanos de Sudamérica desde mucho antes de la Conquista. La planta, originaria de la zona, fue muy consumida por los guaraníes.
De acuerdo con un estudio publicado en abril en la revista especializada Phytotherapy Research, la yerba mate ayudaría a prevenir la ruptura de los glóbulos rojos que se encuentran en sangre, con lo cual ayuda en los casos de anemia por hemólisis. Y en agosto de 2018 se publicó un informe de científicas del Conicet dando cuenta de otra buena cualidad: las propiedades antisépticas de esta planta la transforman en una gran aliada por ejemplo para combatir la Scherichia coli, el Staphylococcus aureus y otros gérmenes nocivos.
El estrés oxidativo está asociado al desarrollo o exacerbación de ciertas patologías como la diabetes, Alzheimer, Parkinson y el síndrome metabólico, un conjunto de factores que aumentan la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares o diabetes. Algunos de estos factores son obesidad, hipertensión y niveles elevados de colesterol y lípidos en sangre, entre otros. Los polifenoles presentes en la yerba tienen un gran poder antioxidante, por lo que combaten los radicales libres. Esto convierte a la planta en un gran aliado en la lucha contra las enfermedades metabólicas. La yerba mate, junto con especies como el té y el tilo, son estudiadas por sus diferentes propiedades nutricionales y antioxidantes. El uso de este tipo de alimentos en el diseño de un plan alimentario que prevenga el desarrollo de patologías está cobrando impulso en diferentes partes del mundo.