“El mar, una vez que lanza su hechizo, te sostiene en su red de maravillas para siempre”, anotó Jacques Cousteau en cierta ocasión. Y el hechizo es más poderoso que nunca en la flamante selección de imágenes recientemente anunciada por la revista norteamericana Scuba Diving, dedicada a cubrir buceo y aledaños, como su nombre deja entrever. Y es que, como es su costumbre desde hace década y media, presentó la mentada publicación a los ganadores de su concurso anual Through Your Lens Underwater Photo Contest: competición que premia (simbólica y monetariamente) a las mejores imágenes tomadas por fotógrafos subacuáticos. Destacando a una por sobre todas, merecedora del grand prize; y luego, ya sí, dando trofeos a los primeros, segundos y terceros puestos en las cuatro categorías propuestas: gran angular, macro, conceptual y cámara compacta. Así, 13 de entre más de 2 mil competidores han acabado laureados por extraordinarias capturas de lo que yace en el mar, en diversos puntos del globo (España, México, Indonesia, etcétera), vitoreadas las obras por su belleza y creatividad; también por “su capacidad de inspirar”. Sueños y pesadillas en igual grado, a juzgar por algunas de las inquietantes fotografías, donde se suceden anguilas morenas gigantes de la isla de Tirán y pulpos minúsculos de las aguas de Lembeh Strait, meros y pulpos manta de aspecto amenazante, peces payaso y chupapiedras, por citar algunos modelos estelares. Entre los que brilla con luz propia la cría de ballena retratada por el texano Rodney Bursiel en Tonga, que aunque aparenta estar entrando al agua, en realidad está pronto a salir a la superficie (girada está la sensacional imagen). “Cerrar los ojos a la naturaleza solo nos hace ciegos en un paraíso de tontos”, advirtió Cousteau. Mejor abrirlos para empaparse de estas maravillas.