“La edición estadounidense de revista Vogue acaba de hacer historia; en buena parte, gracias a Beyoncé”, celebran medios del globo, haciéndose eco de cómo, por primera vez en sus ¡126 años! de perenne vida, la icónica publicación fashion fichó a un artista afroamericano para que gatillase la foto de portada. Tyler Mitchell, en honor a la precisión, de tan solo 23 años, elegido por la mismísima megaestrella pop para que tome el comentado retrato que la tiene por chica de tapa. En el número más importante del año para Vogue, el de septiembre, acaso el último (si los rumores están en lo cierto) de Anna Wintour como editora jefa, previo a jubilarse. Fue Wintour quien tuvo el gesto sin precedentes de dar inusitado control a Queen Bey, permitiendo que fuese ella quien decidiese quien era la persona adecuada para que la fotografiase. Con, vale la mención, poquísimo maquillaje, exuberante corona de flores, lustroso vestido de novia de la colección Cruise de Gucci. “Es muy importante para mí ayudar a abrir puertas a jóvenes artistas. Hay tantas barreras culturales y sociales que intento hacer lo que esté a mi alcance para nivelar el campo de juego y presentar un punto de vista diferente a gente que acaso sienta que sus voces no son importantes”, aseguró Beyoncé. Aclarando además que optó por un muchacho prácticamente ignoto, oriundo de Atlanta, con actual residencia en Nueva York, por razones más que justificadas: “Hasta que no haya un mosaico de perspectivas provenientes de diferentes etnias detrás del lente, seguiremos teniendo un enfoque estrecho y una visión limitada acerca de cómo se ve el mundo”. “Durante mucho tiempo, las personas negras han sido consideradas cosas. Hemos sido cosificados físicamente, sexualmente, emocionalmente. Con mi trabajo estoy buscando revitalizar y elevar el cuerpo negro”, se despachó Tyler Mitchell, artivista de la comunidad afro, comprometido también con la causa antiarmas en Estados Unidos.