El bandoneonista Gabriel Merlino se propuso retratar el sonido contemporáneo de Buenos Aires. Una ciudad caótica, cambiante, llena de vértigo, “una foto difusa de una dimensión extraviada”, según sus palabras. El resultado es Cuántico, un notable disco con composiciones propias que indaga en el tango clásico pero que logra expandirlo y actualizarlo. Para ello, retomó cierto espíritu transgresor de la generación del ‘60. “Es un homenaje a una generación de compositores que le dieron el sonido a la ciudad. Me refiero a A. Piazzolla, Emilio Balcarce, Julián Plaza y Eduardo Rovira. Ellos retomaron algo que estaba en la génesis del tango, que quedó un poco tapada en la época dorada del género: la idea de tomar influencias de otras músicas”, explica Merlino, que se presentará mañana a las 19 en el Festival y Mundial de Tango BA, en la Usina del Arte, (Caffarena 1).
En Cuántico, su quinto disco solista, el bandoneonista y arreglador viste y potencia estas piezas originales con José Taulamet en piano, Carlos Morbidoni en violín y Adrián Fanello en contrabajo. “Me parece una formación muy lograda para el tango. Y estos músicos pueden improvisar y eso es fundamental”, entiende Merlino, también director de la compañía Tango Pasión, que recorrió el mundo. “Si bien el repertorio que elegí responde a seguir la tradición de la generación del ‘60, son composiciones nuevas y tienen también algunos toques de otras músicas, como el jazz. El cruce de músicas es inevitable y muy saludable, porque es parte de la génesis del tango”. En el disco, hay piezas de gran altura musical como la vertiginosa “Porteños”, la versátil “Sauvage”, la nostálgica “Lo que no vuelve” o la intensa “Deja vú”. Y una sola composición de otro autor: “Vuelvo al sur”, de Piazzolla y Fernando Solanas, con la voz de Vanina Tagini.
Merlino tiene 40 años y desde los ocho toca el bandoneón. Y con esa soltura se desenvuelve con el instrumento. En abril, la mexicana Natalia Lafourcade lo invitó a participar en su concierto a sala llena en el Gran Rex, para interpretar una versión de “Recuérdame”, de la película Coco (2017). “Fue una experiencia buenísima, seguimos en contacto para hacer algo juntos en el futuro”, dice, con naturalidad.