Un grupo de gobernadores peronistas comenzaron a desarrollar una estrategia para frenar el decreto presidencial que elimina de cuajo el Fondo Federal Solidario y que distribuía las retenciones a la Soja. Ayer, por iniciativa del tucumano Juan Manzur, se reunieron con la conducción de la CGT y luego con el jefe del interbloque Argentina Federal, Miguel Pichetto. Con este último acordaron delinear una alternativa legislativa para impedir la aplicación del decreto y una posibilidad es sumar este tema a la discusión de la ley de Presupuesto 2019.
Los mandatarios están que trinan con la decisión presidencial porque el fin del Fondo Sojero implica la pérdida de unos nada despreciables 7.800 millones de pesos. Un dinero que también llega a los municipios por lo que la queja y el malestar no termina en las casa de gobierno provinciales.
Ambas reuniones se realizaron en el edificio del Consejo Federal de Inversiones (CFI) ubicado en el microcentro porteño. Además de Manzur estuvieron los mandatarios de La Pampa, Carlos Verna, de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, de Formosa, Gildo Insfrán y los vicegobernadores Marcelo Lima (San Juan), Jorge Solá Jais (Catamarca), Daniel Capitanich (Chaco) y
el santiagueño Emilio Neder. Los que faltaron con aviso y no enviaron sus vices fueron Juan Schiaretti de Córdoba, Juan Manuel Manuel Urtubey (Salta) y Gustavo Bordet (Entre Ríos).
Durante el encuentro con la conducción de la CGT los gobernadores le plantearon a los triunviros Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, y a los integrantes de la mesa chica, Gerardo Martínez, José Luis Lingeri y Andrés Rodríguez, la preocupación por el efecto que tendrá la suspensión del Fondo Sojero en la actividad económica y pronosticaron un incremento de la desocupación. En ese marco los gobernadores ofrecieron “hacer un frente común” para frenar el decreto presidencial. Los sindicalistas compartieron la preocupación y se comprometieron a reunirse nuevamente en un par de semanas porque antes deben resolver algunas cuestiones internas como el plenario de secretarios generales previsto para el próximo 29 de agosto.
Voceros sindicales reconocieron cierta incomodidad por parte de los integrantes de la conducción de la CGT ante los gobernadores pero advirtieron que no fue por el motivo que provocó el encuentro, sino porque entienden que desde la llegada de Cambiemos a la Casa Rosada los gobernadores mantuvieron siempre distancia de los reclamos y conflictos que llevó adelante la CGT. A pesar de sentir que se acordaron de ellos ahora que tienen el agua al cuello, los sindicalistas están dispuestos a volver a reunirse con los mandatarios.
Tras el encuentro con los sindicalistas los gobernadores recibieron a Pichetto. Con el senador hablar de la posibilidad de introducir el caso del Fondo Sojero en el debate previsto para el próximo mes cuando llegue el proyecto de Presupuesto 2019. El debate de este año promete ser complejo y arduo fruto de la caída de la actividad económica y la consecuente recesión que provoca el modelo económico de Cambiemos. A este oscuro panorama se sumó ahora la decisión de terminar con ese fondo que para los gobernadores e intendentes era dinero fresco que servía para generar algunas obras públicas en sus distritos.
Más allá de lo conversado con Pichetto, lo real es que el Presupuesto ingresa primero por la Cámara de Diputados. Esto obligará a los gobernadores organizar una serie de encuentros con los diferentes bloques peronistas que conviven en la Cámara baja y donde el radio de influencia de Pichetto es débil. No parece que vaya a ser un problema encontrar respaldo a la iniciativa de los gobernadores. Ayer, por ejemplo, el presidente del Bloque Justicialista, Pablo Kosiner, criticó la “inconsulta” decisión del Presidente y la calificó como “irresponsable”.
La estrategia legislativa no será la única. Por caso, Manzur ya le ordenó al Fiscal de Estado de su provincia, Daniel Leiva, que avance en la presentación de un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para reclamar la suspensión del decreto presidencial. El tucumano fue uno de los primeros en reaccionar ante la decisión de la Casa Rosada.