La canciller alemana, Angela Merkel, recordó al presidente ruso, Vladimir Putin, la responsabilidad de Moscú en la solución de los conflictos abiertos en Ucrania y Siria, coincidiendo con una reunión que ambos mantuvieron hoy en el Palacio de Meseberg, a unos 60 kilómetros al norte de Berlín. “Alemania tiene responsabilidades pero, sobre todo, Rusia tiene responsabilidades como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Por eso tenemos que trabajar en buscar soluciones en Ucrania”, declaró la dirigente germana en una breve comparecencia conjunta con Putin ante la prensa celebrada antes del encuentro bilateral.
Merkel, que se mostró confiada en lograr avances en el conflicto de Ucrania –donde junto a Francia ejerce de mediadora para intentar sellar la paz–, explicó que la idea de Alemania era enviar a la zona una misión de paz de las Naciones Unidas para monitorear el alto el fuego. En este sentido, Putin indicó que una misión de paz de estas características podría ayudar a restablecer la paz.
“Otro tema importante que abordaremos será Siria. Aquí tenemos que intentar que las batallas que se libran en la ciudad de Idlib no deriven en una catástrofe humanitaria”, agregó la canciller, convencida de que la solución del conflicto pasa por impulsar un proceso político en el país árabe. Putin, por su parte, recalcó la importancia de intensificar la ayuda humanitaria en Siria mediante la reconstrucción de infraestructuras básicas que permitan a los millones de refugiados desplazados regresar a sus casas. “Tenemos que volver a poner en pie los servicios básicos de agua y luz”, insistió.
El presidente ruso dedicó buena parte de su intervención a recordar las relaciones económicas que mantienen Berlín y Moscú. Tras destacar los estrechos lazos que unen a ambas potencias, el dirigente subrayó la fuerte dependencia energética de Alemania respecto a Rusia. Este fue el segundo encuentro bilateral que los dos mandatarios mantuvieron en los últimos tres meses. Sobre la mesa, además de Siria y Ucrania, figuraban temas como Irán, derechos humanos y asuntos de carácter bilateral, como el gasoducto Nordstream 2, que conectará Rusia con Alemania y Europa Central y del Este a través de 1.200 kilómetros por el mar Báltico. Este proyecto ha sido fuertemente criticado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien entiende que servirá para hacer a Europa energéticamente muy dependiente de Rusia. Ucrania también ha criticado duramente el proyecto por considerar que socava los esfuerzos de la Unión Europea para presionar a Rusia en pos de la devolución de Crimea a Ucrania y de resolver una rebelión pro-rusa en el este del país. Merkel trató de disipar las preocupaciones de que el oleoducto perjudicará a Ucrania, diciendo que ese país debería seguir siendo un proveedor de gas para Europa.