“Arbitrario, parcial y absurdo”. Así fue calificado por los querellantes el fallo que absolvió a la mayoría de los policías involucrados en la persecución y crimen de Iván Mafud, en septiembre de 2014. Los abogados Santiago Bereciartúa y Gabriel Ganón presentaron la apelación para que el caso llegue a la Cámara Penal y se revierta la sentencia. Por el hecho, 15 agentes llegaron a juicio, pero solo uno fue condenado a cuatro años de prisión, por el delito de homicidio; otros tres recibieron penas menores por fraguar el acta de procedimiento y once quedaron libres de culpa y cargo. Críticas contra una resolución que puso la lupa sobre la víctima.
En el juicio se ventiló que la persecución contra el joven de 26 años, el 8 de septiembre de 2014, comenzó en la zona de Ovidio Lagos y Uriburu, luego de que la víctima comprara estupefacientes para consumo personal en la zona sur. Los agentes dijeron que el muchacho hizo una maniobra de giro abrupta y no tenía la patente trasera, por lo que comenzaron a seguirlo. El Fiat Marea aceleró y fueron varios los móviles que se fueron sumando durante le trayecto de más de 50 kilómetros. Los disparos de los móviles comenzaron. Ya en la zona de Roldán, Mafud perdió el control y quedó en la banquina y fue acribillado a balazos. Para fiscales y querellantes, hubo dos secuencias de disparos: una, durante la trayectoria; y otra, cuando la víctima se detuvo en un zanjón, ya en Roldán.
Los jueces Eleonora Verón, Juan Carlos Curto y Mariano Alliau analizaron la situación de adicción de la víctima y especularon que estaba armado y que tiró contra los patrulleros en el inicio de la persecución, ya que uno de los llamados al 911 dio cuenta de dos sonidos diferentes de disparos; aunque para la Fiscalía, el arma calibre 22 encontrada cerca del auto de Mafud fue plantada. Para los querellantes, que apelaron el fallo, ese análisis de la mayoría del tribunal del juicio “no tiene sustento”. Y afirman: “Hay contradicciones y falta de motivación de la conclusión, sumado a elementos de prueba valorados parcialmente u omitidos que ponen en evidencia la parcialidad”. También criticaron que se le haya dado “valor absoluto” a los dichos de un vecino que llamó al 911, cuando no es experto para analizar dos sonidos diferentes de disparos.
Para los querellantes, el tribunal de juicio sobre la muerte del muchacho que tenía cuatro hijos, justificó el accionar de los policías, y consideran que la situación “no ameritaba llegar a instancias letales”. En ese sentido, advirtieron que “no existía riesgo para los agentes ni para terceras personas; el nivel de fuerza no fue acorde con el nivel de resistencia de la víctima; no hubo moderación en el empleo de las armas ni proporción a la gravedad del delito”.
Sobre la no aceptación de los agravantes por premeditación y coautoría en el caso, los querellantes sostienen que “la sentencia parece desmerecer que al menos 37 disparos atravesaron el auto de Mafud”. Al mismo tiempo, recordaron que “son coautores quienes realizan conjuntamente el hecho delictivo”, por lo que hablan de un “dolo (intención) compartido” entre los policías implicados.
En la apelación hay otros puntos de agravios como la cuestión de las falsedades, el hurto de dinero que había en la guantera del auto (unos tres mil pesos) y de una sillita de bebé que también faltó del vehículo. Por todo, los querellantes reclaman a la Cámara Penal que el fallo sea revocado y se dicte nueva sentencia contra los agentes sindicados.