“Esta ciudad se fabricó con nuestra carne, cada pedazo, cada viga. Tendremos nuestra parte”, fue el discurso con el que Margaret Wells le dio inicio a Harlots (el próximo viernes se estrenará la segunda temporada completa por Fox Premium). El personaje interpretado por Samantha Morton iba al meollo de esta ficción histórica: prostitución en el comienzo de la revolución industrial con la batalla entre dos meretrices. Todo acontece en la Londres de 1763, donde se cuenta que “una de cada cinco mujeres vive del sexo”. “Obviamente es un drama histórico, pero es muy relevante hoy en día. Margaret dirige este lugar y es una gran dueña de casa: cuida de las chicas, se ocupa de su salud, de su comida, se asegura de mantenerlas a salvo y de que no estén en la calle. Es un mundo complicado por eso pero siento que es tan importante hoy como lo fue entonces”, plantea Morton. PáginaI12 participó de una conferencia telefónica con la actriz recordada por sus papeles en Dulce y Melancólico y Minority Report.  

La actriz británica encarna en Harlots a una mujer astuta y ambiciosa, producto de las calles, sedienta de éxito y que se rige por sus propias reglas, con un amante negro, que aconseja con esmero en el burdel pero es capaz de subastar la virginidad de sus dos hijas. En estos diez nuevos episodios va a recrudecer su batalla con Lydia Quigley (Lesley Manville), cuando Charlotte (Jessica Brown–Findlay) logre ingresar a la refinada casa de citas “digna de los dioses” de la competencia de su madre. “Margaret es capaz del máximo sacrificio y es un sacrificio increíble, y sí, estoy impresionada por lo que logra. Creo que es una mujer extraordinaria. Es alucinante”, expone Morton.

La ciudad del Támesis aquí luce como una nueva Roma, decadente, opulenta, llena de humo y con las prostitutas haciendo su trabajo en cada rincón. Lejos del melodrama, la propuesta es contar la historia desde el punto de vista de mujeres que resultaron ser meretrices e incluso aggiorna el relato con música actual. Sus guionistas y directoras afirmaron que querían una ficción al estilo Orange Is The New Black con un enorme reparto con mujeres de todas las edades, formas y tamaños pero en la Inglaterra georgiana. No solo profundiza esa veta, a riesgo de glamourizar y caricaturizar la prostitución junto al de presentar a sus personajes como protofeministas; es más, explicita esa intención. Una novedad de la temporada es el personaje de Liv Tyler que personificará a Lady Fitz, una dama de la aristocracia chantajeada por su pasado. Otro de sus puntos más atractivos es que toma como base para el relato un directorio anual que se publicaba entonces con detalles de las prostitutas de Covent Garden llamado “Harris’s List of Ladies”. “Es una ficción pero está basado en personajes reales. El molde efectivamente existió. No sabía de cuántas mujeres había en la industria del sexo y cuánto dinero eso generaba para la economía en Londres. Eso fue una verdadera sorpresa”, cuenta Morton. 

–¿Qué impacto tiene en Harlots el hecho de que haya tantas mujeres en el equipo de producción?

–Creo que es algo brillante. Tenemos guionistas, directoras, productoras. Hay muchas mujeres en el programa. Se siente bien y no es menor por lo que la perspectiva femenina es muy importante en este caso. Estoy muy orgullosa de ser parte de esto.

–La serie está marcada por el duelo entre dos madamas. ¿Hasta dónde llegará esta disputa?

–Creo que es más que una pelea. Son más de dos mujeres que no se llevan bien, se odian y son enemigas. Lo que hacen es una actividad criminal grave y el modo en que Margaret navega el mundo de Lydia Quigley se torna complicado porque las apuestas son muy altas. Diría que todo se vuelve bastante peligroso.

–Además del objetivo de contar cómo era el negocio del sexo en el pasado, ¿hay algún otro mensaje en Harlots? 

–No lo creo. Cuando interpreto a Margaret trato de mostrar su sensibilidad y las vulnerabilidades. Es parte de un grupo de mujeres que vendían su cuerpo: siempre hay que enseñar el lado humano.