Tras más de veinte meses, Boca finalmente abandonó la punta al caer 2-0 ante Estudiantes en el estadio Centenario de Quilmes, por la 2ª fecha de la Superliga. El ingresado Fabián Noguera abrió la cuenta para el local y la cerró el juvenil Matías Pellegrini, ambos en el complemento. En un partido dominado por el juego brusco, el conjunto de la Ribera jugó un poco mejor en la primera etapa y tuvo sus oportunidades de marcar. Pero el Pincha propuso un mediocampo rocoso, una defensa casi impasable y, aun con pocos recursos ofensivos, logró quedarse con tres puntos valiosos.
En la previa, el DT Guillermo Barros Schelotto mutó del 4-2-3-1 con el que Boca venció 1-0 como local a Talleres al 4-3-3. De esta manera, Cardona entró por Tevez, Zárate fue el centrodelantero en lugar del goleador Abila y el uruguayo Nández pasó a ser titular para reforzar el mediocampo, acaso previendo que durante el trámite podría acontecer más de un roce.
Por su parte, el entrenador Leandro Benítez decidió preservar al combativo Braña para que el mediocampista llegue de la mejor manera al partido del martes 28 de agosto, en el que el conjunto platense debe medirse frente al Gremio en Porto Alegre, por el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores.
Con muchísimo frío pese al tibio sol de agosto, de entrada Boca se vio obligado a realizar un cambio y Goltz debió entrar por el lesionado Izquierdoz. Aunque enseguida, el colombiano Cardona ejecutó un tiro libre y tras un par de rebotes en plena área, la pelota le cayó a Mas, que no pudo definir con claridad.
Y a partir de que en una acción aislada Magallán y Apaolaza intercambiaron manotazos, pero sobre todo por un planchazo de Nández por el que se ganó la primera amarilla de la tarde, el juego devino muy friccionado. Lo único vistoso fue el hermoso taco con el que Pavón dejó en posición de gol a Nández, que apurado por un rival definió mal. Poco después, el mismo 7 bravo xeneize tuvo una chance, pero su remate se fue muy desviado.
Boca era más que el local, que a la hora de llegar al área contraria sólo apostaba a la pelota parada en busca de la cabeza de cualquiera de sus grandotes de camiseta blanquirroja.
De regreso de los vestuarios, avisaba el ingresado Noguera con un cabezazo que pudo ser desviado al corner por Andrada. Y de ese tiro de esquina vino la apertura del marcador del propio Noguera, con el conocido axioma de “doble cabezazo en el área es gol”, más el agregado de una defensa xeneize sin reacción. Así, el conjunto local se ponía en ventaja con las únicas armas de que disponía. Enseguida, para procurar el empate, el Mellizo mandó a la cancha al colombiano Villa y a Wanchope Abila. Sin embargo, las ocasiones de gol seguían escaseando, mientras las murras iban en aumento.
Y definitivamente la de ayer no fue la tarde de Boca, porque al rato Magallán perdió en la salida, la pelota recayó en el chico Pellegrini (de apenas 18 años), quien, rodeado de defensores boquenses que se replegaban, con un zurdazo pudo volver a doblegar al arquero Andrada. Carlitos y todo el banco xeneize masticaban bronca e impotencia, acaso palpitando el final del reinado de 617 días que Boca disfrutó como puntero.