La crisis cambiaria que se desató en el bimestre mayo-junio derivará en una contracción en los niveles de consumo, los cuales no se recuperarán hasta bien entrado el año próximo, según un informe de Ecolatina. El deterioro que avizora la consultora –no cuantificado– se deriva de una fuerte pérdida de poder adquisitivo frente a una inflación que el gobierno nacional no logra frenar. Para la segunda mitad del año la entidad prevé una pérdida de 7 por ciento en el salario real, lo que impactará en el nivel de gastos de las familias. A esto se suma el recorte en el consumo público acordado con el Fondo Monetario Internacional. 

El salto cambiario aceleró la inflación, hizo volar la tasa de interés y provocó desconfianza, lo que frenó bruscamente el consumo. El gasto en bienes durables, el turismo emisivo y el consumo masivo retrocedieron bruscamente. “Las expectativas para el segundo semestre no son alentadoras. La pérdida de ingreso real de las familias (salarios, prestaciones sociales y empleo), más la elevada tasa de interés, generarán una contracción del consumo privado en la segunda mitad del año”, agrega.

Según cifras de la entidad, el salario real cayó 1 por ciento interanual en el primer semestre, principalmente por el salario del sector público (-2,3 por ciento). “Esta tendencia se profundizará en la segunda mitad del año provocando pérdidas cercanas al 7 por ciento (lideradas por el sector público y, en menor medida, los trabajadores informales)”, afirma. Por su parte, los haberes reales de las prestaciones sociales cayeron 2 por ciento interanual en el primer semestre y caerían casi 8 por ciento en la segunda mitad del año. 

El informe estima además una significativa reducción del consumo público, que representa 15 por ciento de ese gasto agregado, para cumplir con las metas acordadas con el FMI.