La empresa brasileña que produce zapatillas para Adidas anunció ayer la suspensión de 600 empleados. Instalada en Chivilcoy, la firma Paquetá tomó la decisión para intentar hacer frente a la acumulación de stocks ante la caída de sus ventas al mercado interno. La caída en el consumo asociada a la pérdida de poder adquisitivo, el aumento en los costos financieros determinado por la suba en las tasas de interés del Banco Central y la apertura importadora ponen en riesgo la sustentabilidad de distintos sectores industriales. La medida del fabricante de calzado impactará con fuerza sobre la localidad del norte bonaerense ya que se trata de la principal empleadora privada en la ciudad donde viven 60 mil personas.
Los trabajadores de la planta precisaron ayer a la prensa local que las autoridades de la empresa les anticiparon que un grupo tendrá vacaciones a partir del 28 de septiembre; el siguiente comenzará el 1 de octubre y la última tanda desde el 10 de octubre. Además, los representantes de los trabajadores precisaron que durante la semana previa al 28 de septiembre todos los operarios se encontrarán suspendidos aunque cobrarán sus salarios.
Las suspensiones se conocieron una semana después de que Extreme Gear, otra empresa que producía indumentaria para Adidas en la localidad de Esteban Echeverría, cerrara sus puertas. En sintonía con el proceso de apertura comercial y la contracción de la demanda interna, la industria destruyó 82.000 puestos de trabajo desde que comenzó la presidencia de Mauricio Macri. El programa de ajuste acordado con el FMI amenaza con profundizar esa tendencia. De acuerdo a los últimos datos publicados por el Indec, la actividad industrial cedió un 8,1 por ciento en junio frente al mismo período del año pasado. Fue el peor resultado mensual desde julio de 2002, en plena crisis de salida de la convertibilidad.
Con las suspensiones escalonadas del 66 por ciento de su personal, la principal empleadora privada de Chivilcoy pretende reducir un mes de producción. En ese período los responsables administrativos de la empresa buscarán colocar al menos una porción del stock acumulado por la retracción del mercado interno. La fábrica de calzado de capitales brasileños opera en el Parque Industrial de Chivilcoy, donde se radicó en 2007. La empresa alcanzó a tener 1200 operarios empleados, pero actualmente funciona con 900 trabajadores.
Existen tres factores que resienten el consumo interno de productos como las zapatillas Adidas producidos en las instalaciones de Paquetá: la débil marcha del consumo interno, la suba de costos y la apertura importadora. Ninguno de los tres factores es de por sí determinante, pero su combinación resulta un combo muy dañino. El tema de las importaciones es particularmente sensible para sectores mano de obra intensiva como el calzado.
Las importaciones totales de calzado deportivo con suela y parte superior de materia textil o de caucho o plástico ascendieron a 86 millones de dólares en 2015, pasaron a 140 millones en 2016 y llegaron hasta los 182 millones el año pasado, con un avance total del 112 por ciento. El calzado no deportivo con las mismas características sumó 175 millones de dólares en 2015, subió hasta 248,5 millones en 2016 y se ubicó en 290 millones en 2017, con un incremento en dos años de un 66 por ciento. La apertura importadora no solo está alineada con el modelo de libre mercado al que se consagra el Gobierno sino que es considerada por los funcionarios como una herramienta para presionar a la baja sobre los precios internos en un contexto de aceleración inflacionaria.