El festejo no pudo ser completo para San Martín de Tucumán en su regreso a Primera tras más de nueve años. Fue empate ayer por 1-1 frente a Unión en una Ciudadela repleta en lo que significó su debut en la Superliga, tras la postergación del partido de la primera fecha con Independiente.
El gol local llegó, a los 21, gracias a una genialidad de Claudio Bieler, quien se adelantó a su marca y peinó una pelota para dejar a Franco “Ciruja” Costa frente a Nereo Fernández y desatar la locura tucumana. Cerca del final, el empate lo puso el uruguayo Diego Zabala, de cabeza, ante una demorada reacción del arquero Ignacio Arce, quien cerró un muy mal partido.
En suma, el Santo fue más que el Tatengue, con una propuesta táctica más audaz que la de los de Leonardo Madelón. Prueba de ello fue cuando, temprano en el encuentro, el delantero de Unión Franco Troyansky tomó la pelota en ataque y se vio rodeado por ocho rivales sin otra opción que tocar atrás, a la espera de que se sume algún compañero.
Pero con la ventaja, los tucumanos fueron retrocediendo en el campo y la igualdad pasó a ser una cuestión de minutos, dándole al Santo un resultado final con gusto a poco en su tan ansiado regreso a la máxima categoría.