Deudoro, deudora ¿cómo les va, cama las vo? ¿Festejaron el día del niño y de la niña el domingo 19? ¡Vaaamos, no me digan que ya no son más niñes, porque aunque vuestra niñez sea sólo un fantasma del viejo pasado como dice el tango (“Volvió una noche” Gardel-Lepera).
Nuestros simpáticos autoritarios electos nos prometieron que en el futuro iba a volver el pasado, y si Mariu promete, Mauri cumple (perdón, quise decir, “Mariuneta” y “El sumo Maurífice”), así que ya debemos andar por el siglo 15.
De verdad, queride deudori, este gobierno, gracias al aporte de todas y todos (voluntario o no; consciente, o no; en blanco, o no; ¡Oh, no!), fructificó en votos amarillos, y gracias a ello, ahora el país entero siente la ternura de la niñez ¡Usted, con su aporte, en caso de haberlo hecho, logró hacer que los medios digan que un niño está feliz! O al menos, que recuerde otros tiempos felices, cuando la luz era barata, los padres, tutores o encargados tenían trabajo, las compus se podían conseguir gratis y los laburantes tenían ganancias por las cuales poder protestar. ¡Qué tiempos aquellos!
Pero nuestro Sumo Maurifice fue clarísimo en los tiempos electorales. Él dijo que iba a corregir lo que estaba bien, y dejar lo que estaba mal, o viceversa.
Por ejemplo, con sólo cambiar dos letras “Los únicos privilegiados son los niños” pasó a ser “Los únicos privilegiados son los ricos”. Pero si un niño quería seguir siendo privilegiado, le bastaba con ser rico, para no perder el apoyo estatal.
En verdad, es razonable la explicación que, si no dieron, podrían haber dado (ya que dijeron cosas mucho más absurdas): “No tiene sentido darles muchas cosas a los niños, porque más tarde o más temprano dejarán de serlo, se convertirán en adolescentes cuestionadoras y entonces todo lo que les hayamos dado habrá sido en vano. En cambio, a los ricos, cuanto más les demos, más ricos seguirán siendo, y si tenemos suerte se reproducirán creando más y más ricos, lo que sin duda mejorará automáticamente el promedio de ingresos per cápita nacional”.
Me pregunto si esta afirmación, una payasada alucinada de este humorista que escribe, o el verdadero plan de gobierno con el que además piensan ganar en el 2019.
Y no tengo la respuesta
Pero seguro que a este gobierno cuadernícola, los chicos le importan. Bueno, todo le importa. Bueno, importa todo. Si no le importaran, no harían tantas cosas por la educación pública, la escuela pública, la salud pública y cualquier otra cosa que usted y yo, supongamos que es de todos.
Porque la idea de este gobierno es mejorar tooodos los servicios públicos. Por supuesto, y no podría ser de otra manera, lo harían desde su propia concepción de lo que es un servicio mejor que otro, de acuerdo a la siguiente tabla
Caro: Bueno
Barato: malo
Gratis: horrible
O sea, lo que este gobierno tiene muy claro es que está muy mal que la gente más humilde tenga servicios gratuitos, porque eso garantiza la mala calidad de los mismos, y en un alarde de ¿me puedo atrever a llamarlo populismo, mis queridos goris? quieren equiparar las diferencias sociales, y la única manera que se les ocurre de hacerlo, es que los más humildes paguen mucho, así gozan de buenos servicios, y los más ricos no paguen nada ¡Para que esos ricachones aprendan de una buena vez a ser inclusivos y sufran el peso de tener el bolsillo lleno!
¡Esa es la verdadera revolución! ¡Ni Lenin, ni Mao Ni Fidel, ni Gramsci se atrevieron a tanto!
Todo sea por los niños.
Pero nuestros autoritarios siempre van un paso más allá. Bueno, no, a veces dan dos, tres o hasta un millón de pasos más allá. Se dan cuenta de que los padres, madres, tíos o choznos, en su esfuerzo por acompañar al gobierno en mejorarles la vida nuestros niñas y a nuestras niños, pueden llegar a quedarse con el bolsillo vacío. O con los dos bolsillos vacíos.
Y entonces, no les va a alcanzar la plata para lograr que parezcan ricos y gocen de los beneficios del Estado, además de tener de esta manera la posibilidad de conocer y codearse con otros niños de su nivel (o sea que también parezcan ricos) y hacer amigos, así luego, cuando sean grandes, tienen la posibilidad de tener obras adjudicadas para sus empresas.
Y eso está muy mal, le debemos a nuestros infantiles una chance de aparentar lo que no son, así aprenden y tienen una buena base para cuando sean grandes.
Pero nuestro gobierno también pensó en eso.
Y usted habrá visto, deudora, deudori, en estos últimos días, en ocasión del Día del Niño, muchos avisos de juguetes.
Algunos de ellos, estaban totalmente fuera de nuestro alcance. Otros, también. Pero, cual “hada maurina” apareció una tercera clase de aviso, donde los mismos juguetes estaban algo mñas baratos. ¡porque no eran para vender… sino para alquilar!
¡Sí, Oui, yeeeeesssss, se viene el alquiler de juguetes! Así el día que su hijo/a invite a sus amiguito/as del colegio a jugar y tomar la leche, puede simular, pretender, “hacer como que” tienen juguetes caros, porque son ricos. Y a la noche, la empresa “locadora” procederá a llevarse los juguetes, las tazas de la leche, y hasta a los amiguitos, si eran parte del combo.
Seguramente en poco tiempo más se podrá alquilar salud, amor, (dinero no, porque con eso paga), amistad, y hasta un gobierno que, por unas horas, nos haga creer que está haciendo todo por nuestro bien, que lo peor ya pasó, que no pasa nada, y que “la tormenta no existe, son los padres”
Hasta la próxima
@humoristarudy