“¿Me das un momentito? Estoy tratando de no perder el tren.” Pasa un minuto. Pasan dos. Pasan tres, y entonces se escucha, a través del teléfono, el sonido de unos altoparlantes que amplifican la voz mecánica y lejana del conductor que da indicaciones, y la respiración algo agitada de Lee Ranaldo que retoma la conversación interrumpida: “…te decía: algunas personas de repente nos vemos movidas a manifestarnos en ese terreno por las cosas que pasan ahora en el mundo. Es un mundo que se está volviendo cada vez más horrorosamente conservador. Obviamente, no sólo en los Estados Unidos: en Sudamérica, en Europa y por todos lados”. El músico – también artista visual, performer de arte sonoro y escritor– ya está cómodamente sentado en el asiento del tren y continúa respondiendo la pregunta a propósito de su preocupación por la situación política global desde el punto exacto donde la había dejado. La entrevista repentinamente sobre rieles tiene como excusa su próxima visita a Buenos Aires (¡la tercera en menos de un año!), el domingo próximo en Niceto Club (Niceto Vega 5702). La novedad esta vez es que, a diferencia de las últimas tres oportunidades en las que estuvo por estas tierras con distintas versiones del formato solo-acústico-no tan acústico, en este show, el ex Sonic Youth presentará su último álbum, Electric Trim, acompañado por Raül “Refree” Fernández y Booker Stardrum, cosa que lo tiene por demás entusiasmado: “Cuando hacés un disco, es como si hicieras una postal de cada canción: estás creando una versión de cada una de ellas. En las performances en vivo, y después de tocar las canciones muchas veces, les encontrás múltiples perspectivas y la manera de entenderlas cambia. Con la banda en vivo, es posible alcanzar momentos de total abstracción en la música, así que en este show habrá elementos de las dos cosas: de lo noisy y lo melódico. Para mí es la forma más excitante de presentar este material”.
–Las canciones de Electric Trim tienen una estructura poco convencional, con una lógica narrativa que, en algunos casos, recuerda la de los movimientos dentro de las composiciones de música académica. ¿Fue algo buscado?
–Creo que estuvimos influídos por muchos tipos diferentes de música cuando empezamos a pensar el disco. De todos modos, cada persona que lo escucha tiene diferentes impresiones sobre lo que pasa: ayer hablé con alguien que me dijo lo opuesto de lo que vos me planteás, que las canciones de Electric Trim le sonaban más cercanas al pop tradicional. Hay personas que juzgan este álbum a partir de todo el noise alocado que hice en el pasado. Si me preguntás a mí, yo no pienso que se trate de estructuras del todo normales, y creo también que cada vez que las tocamos lo hacemos de manera diferente, que es lo más divertido de crear una canción: encontrar cada vez una interpretación distinta para ella.
–Usted siempre cuenta que para la producción de este álbum, el estudio de grabación funcionó como una herramienta fundamental, que fue casi un instrumento más. ¿Quedó algo de espacio para la improvisación en esas condiciones?
–En el trabajo que hicimos con Raül en el estudio para este disco hubo otro tipo de improvisación que tuvo más que ver con leer las canciones y encontrar las texturas y sonidos correctos para cada una. Fue diferente. Ahora que está terminado, empieza la etapa de ver cuánto nos alejamos o nos acercamos a esas ideas originales en las presentaciones en vivo, donde siempre nos movemos con más libertad.
–En la canción “Circular (Right as Rain)”, habla del presente como un ayer que se repite de manera casi inevitable.
–Creo que de lo que habla es de esas situaciones circulares y repetitivas en las que nos encontramos en la vida. Las cosas cotidianas: te levantás, te hacés el desayuno, trabajás. Nada cambia. Todo ocurre una y otra vez. Algunas veces nos cuestionamos las cosas y otras no nos cuestionamos nada. Leemos el diario, vemos qué anda pasando, volvemos a nuestras vidas. Estamos siempre tan ensimismados y metidos en lo que hacemos que olvidamos cada tanto dar un paso al costado y tratar de mirarnos desde afuera.
–A propósito de “Thrown Over The Wall” y de la forma accidental en que usted cuenta que se convirtió en una especie de canción de protesta, ¿qué nuevas lecturas cree que puede tener tras dos años de mandato del Presidente Trump?
–Fue muy sorpresivo que Trump ganara. Y estos fueron dos años muy duros para muchos de nosotros en Estados Unidos. Aunque no fuera escrita con ese fin, lo que ocurrió con esa canción fue tan intenso que tuve que adaptarme al curso que tomó. En el escenario y en entrevistas, esa canción me sirvió como un trampolín que me permitió hablar sobre lo que está pasando ahora en mi país, que es muy preocupante.
–¿Cree que hay una responsabilidad de los artistas de manifestar sus preocupaciones políticas y sociales?
–La coyuntura es la que está moviendo a más artistas a tomar roles más activos en ese aspecto. Tenemos esa responsabilidad, y pienso que hay artistas que están más preparados para ello que otros. No creo que sea obligatorio que todos seamos comentaristas sociales, pero es definitivamente importante. Para algunos de nosotros es algo muy natural que en algún momento se vuelve inevitable. Yo en este momento me siento obligado a hablar de esto. El peligro en nuestro país es que parecería que estamos normalizando esto que nos pasa. Es tan malo y tan radical, ver a alguien en esa posición que se comporte de esa manera… que esta persona tenga ese tipo de actitud para con la gente, tan desagradable, es como tener a un bully como presidente, y nos estamos acostumbrando a eso. Es trágico.
–Cuando estuvo en Buenos Aires en diciembre del año pasado, se cruzó con un cacerolazo. ¿Recuerda ese día? ¿Está al tanto del motivo de la protesta?
–Claro que estoy al tanto. Estuve siguiendo las noticias de toda la región. En Brasil, lo que ocurre con Lula… cuando sacaron a la anterior presidenta, mis amigos allá me hablaban de un golpe de Estado. Estaba en Chile cuando el presidente de derecha fue elegido y estaba en Buenos Aires en diciembre cuando ocurrieron las protestas. Incluso la última vez que estuve en Buenos Aires (en mayo de este año), noté que la situación económica era muy inestable, con el dólar que fluctuaba de manera enloquecedora. Trato de mantenerme al tanto y de entender lo que ocurre porque creo que todo lo que está pasando en los Estados Unidos tiene mucho que ver con las turbulencias políticas en todos estos lugares. Y porque todo es relevante y todo está relacionado.