En medio de las balaceras vinculadas a miembros del Poder Judicial provincial, el Colegio de Magistrados de Rosario y la Federación Argentina de la Magistratura plantearon la necesidad de “restablecer la normalidad”. Por ello, se convocó a magistrados que fueron parte de la creación de un protocolo de seguridad brasileño, que se intenta aplicar en Rosario, donde ya hubo más de una docena de ataques. El presidente de la Federación, Ariel Ariza, destacó que la presencia de los magistrados de Brasil –para la firma de un convenio de cooperación- “denota que los hechos que estamos viviendo marcan un punto de ruptura que no debemos consentir, ni afrontar con naturalidad o asimilar”.

La experiencia brasileña sobre la que ayer se disertó tiene como objetivo comenzar a trabajar en protocolos propios de prevención y resguardo para miembros del Poder Judicial. El presidente del Colegio, Gustavo Salvador, destacó que frente a la “situación inédita” en la que están los funcionarios provinciales “hay que mostrarse unidos”, incluso con otros poderes. Por eso, subrayó el involucramiento del gobernador Miguel Lifschitz en la situación. “La idea del Colegio y de la Federación Argentina de la Magistratura es que éste sea un primer avance en políticas de seguridad para la función judicial”. Para ello, se busca el diseño de un protocolo tomando en cuenta la experiencia de Brasil, donde el año pasado hubo 110 jueces amenazados.

Walter Barone, juez civil en San Pablo y presidente de la Federación Latinoamericana de Magistrados (FLAM), dijo que “se sabe adónde se puede llegar con este tipo de amenazas, y estamos intentando evitarlo acá, con el intercambio de información y aporte de conocimiento, por experiencias lamentables que hemos tenido”, dijo por casos como el crimen de la jueza Patricia Acioli, en 2011. “En 2015 la Federación aplicó protocolos mínimos. Lo que venimos a ofrecer como orientación son protocolos de varios niveles de actuación”, indicó el magistrado brasileño. “Entre otras cosas se recomienda la creación de una oficina de inteligencia para ver qué pasa en la criminalidad organizada y conocer con antelación lo que puede pasar, para así prevenir”, ejemplificó.